Una lectura sobre esas crisis existenciales (reseña literaria)

Parece imposible obviar el acontecimiento editorial provocado por la publicación de la que dicen es la más completa biografía de J. D. Salinger. El texto de David Shields y Shane Salerno, publicado por Seix Barral y traducido por Javier Calvo, aborda los misterios de la vida de uno de los autores más icónicos del siglo XX, célebre por querer pasar desapercibido, alejado de todo el circo comercial y publicitario ocasionado por su legendario El guardián sobre el centeno. Salinger logró en vida alcanzar el grado de mito. Fue decisión suya el aislarse, encerrarse en su propia intimidad, compartir su vida con aquellas personas con las que realmente sentía necesidad de hacerlo. Es por eso que la aparición de esta biografía ha suscitado todo tipo de críticas. ¿Por qué querer desenmascarar ahora ese mito? ¿Por qué no podemos eliminar ese afán voyeurista? Somos cotillas, muy cotillas, no tenemos remedio.
Para conocer a Salinger, en mi modesta opinión, lo mejor es leer su obra. ¿Por qué razón? Pues porque uno es, quiera o no, lo que escribe. Franny y Zooey (Alianza Editorial) es un texto que sirve de perfecta introducción al universo de Salinger, aquel en el que la familia Glass cobra un papel relevante. Bessie y Les Glass son el padre y madre de esta saga que se completa con sus siete hijos, siete hermanos: Seymour, Webb Buddy, Beatrice Boo Boo, Walt, Walker, Zachary Martin Zooey y Frances Franny. El escritor norteamericano dedicó diversos relatos a esta familia que recuerda mucho a la cinematográfica de los Tenembauns. Esta familia de genios aparece en los libros Nueve cuentos, Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción y en este Franny y Zooey, que se centra en los dos hermanos más jóvenes. 
Las dos historias de esta, ya lo avanzo, extraordinaria obra, abordan la angustia y la inseguridad intelectual y emocional. Salinger traslada a través de las páginas una crítica a la cultura burguesa norteamericana, cultivada, pero que se vuelve igual de conformista que el resto, aunque eso sí, mucho más egoísta. Asimismo, destaca la introducción que hace el autor de ciertos ideales budistas y de otras religiones orientales. Franny y Zooey se encuentran inmersos en eternos cuestionamientos espirituales, existe en ellos una profundidad mística que resulta atrayente. Religión y humanidad, múltiples interrogantes, sombras constantes, angustia vital pero también insólita sensibilidad e intelectualidad... La literatura de Salinger engancha, es puro arte. 

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