Algoritmo e inquietudes procedentes de Silicon Valley (opinión)

Gracias a esas crónicas un tanto descaradas que firma Andy Robinson en su libro Off the road. Miedo, asco y esperanza en América (Ariel), aquellos que nos dedicamos al mundo del periodismo podemos darnos cuenta de lo precario que puede resultar esta profesión en estos tiempos dominados por la tecnología. 

En uno de sus viajes, el periodista británico se acerca a esa meca de las start-ups o empresas tecnológicas que gobiernan el mundo, Silicon Valley. Allí se han desarrollado algunas de las mayores corporaciones informáticas como Adobe, Google, Intel, Hewlett-Packard o la famosísima Apple. Existe un porcentaje muy elevado de jóvenes que de la noche a la mañana se convierten en millonarios tras idear algoritmos que, aplicados a según qué herramientas científicas, nos hacen la vida mucho más sencilla. Tanto es así, que incluso uno de esos jóvenes ha logrado diseñar uno de esos algoritmos para que un simple programa informático utilice una serie de datos y convertirlos en un texto sencillo. ¿Sería este el principio de nuestro fin? Eso se pregunta Robinson y eso fue lo que le transmitió al autor de tal «proeza», quien le respondió: «No te preocupes. Si escribes artículos largos, inteligentes y complejos, estarás a salvo». Algunos se sentirán aliviados, claro está. Pero si nos detenemos un instante y pensamos en las últimas tendencias del periodismo, esto es, textos cortos, refritos, ideas banales y lenguaje infantil, puede que el periodismo de verdad esté próximo a su desaparición. Ojalá me equivoque.