La ignorancia, un peligro latente de la sociedad actual (opinión)

Comprender, decía James Joyce, es el propósito último de la literatura. Sin embargo, el escritor irlandés no estaba seguro de que esto fuera posible si los seres humanos seguimos ignorando nuestras funciones más vitales. 

La caricaturesca, por no decir ridícula, situación política en la que se ve inmerso este país sirve para que se anuncien a bombo y platillo los datos que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha recogido sobre qué preocupa más a los españoles. La falta de gobierno, claro está, lidera esta encuesta en la que encontramos también el paro, la corrupción y el fraude, la sanidad, los problemas económicos y la educación. Es decir, lo de siempre (a excepción de esa condición de vivir sin gobierno titiritero). 

En este tipo de sondeos no se revela gran cosa, ciertamente. Es más, creo que hay algo que nunca se menciona y que a estas alturas de la vida me parece fundamental, como es el hecho de que hoy somos mucho más ignorantes y egoístas. La ignorancia es un peligro latente. Estamos inmersos en una crisis moral que impide ver hasta qué punto llegamos a denigrar nuestra propia condición humana. No hay respeto ni tolerancia, no hay cuidado, ni se fomenta verdaderamente la inquietud intelectual. Es más, se premia la vacuidad. Y así nos va.

En El amo bueno (Mardulce), Damián Tabarovsky dice que «escribir es una actividad seria, que no deja indemne a quien la practica». Lo mismo sucede cuando pensamos y reflexionamos. Pero este es un compromiso que todos debemos asumir, una responsabilidad necesaria. 

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