Transformar la realidad en aras de la ficción (artículo de prensa)

¿Puede ser uno consciente de transgredir el orden establecido, de identificar que existe tal cosa y querer alejarse de ella? ¿Cómo identificar dónde se ubica la línea de lo políticamente incorrecto? ¿Atravesar esa línea es un acto de valentía o de osadía, es un suicidio teórico y social; o por el contrario, sienta las bases para alcanzar una mayor plenitud intelectual? ¿Acaso importa? ¿Para qué formularse tantas preguntas? ¿Es necesario obtener respuestas? 
Existen momentos concretos en el tiempo, instantes fugaces que resultan insignificantes pero que comprenden cambios precisos, casi quirúrgicos, que afectan los modos de entender, saber, pensar, opinar, juzgar, creer, intuir, sentir, ver, oír y asimilar aquello a lo que solemos referirnos como “la vida”. 
¿Y qué es la vida? Dejando a un lado las acepciones de carácter fisiológico y biológico, "la vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer", como diría el filósofo alemán Hermann Keyserling. Y en ese proceso, siempre limitado, el objetivo de todo ser humano es conocerse a sí mismo, para luego saber qué papel desempeña o quiere desempeñar en la vida de los demás. 
Siendo, como somos, seres racionales --aunque algunos no lo parezcan--, no sería extraño decir que cada uno de nosotros conforma su identidad a través de los años mediante las experiencias que le van surgiendo a su paso. Experiencias que le aportan, en teoría, mayores conocimientos sobre el cómo, qué, cuándo y porqué de las cosas. En este sentido, diríamos, también, que nuestro principal objetivo en la vida es --o debería ser-- convertirnos en seres individuales y complejos, con una personalidad propia y con la capacidad necesaria para tomar decisiones únicas e indivisibles. 
Desde hace ya más de una década dedico mi tiempo en comprender la condición del ser humano a través de las ciencias humanas y sociales, de las artes y las letras. Así, he podido comprobar que en cada periodo de nuestra historia ha habido escritores y pensadores que han sido partícipes en la construcción de lo que ahora conocemos y entendemos por sociedad. También los artistas. Estos últimos, quieran o no, son parte fundamental de nuestro imaginario colectivo. Por esa misma razón hago hincapié --hasta límites insospechados y perdónenme-- en la importancia que el arte contemporáneo tiene para entender hacia dónde vamos. 

"RADICALES"
En una ocasión escribía: "Renovarse o morir. Provocar. Romper con lo establecido. La controversia hizo acto de presencia en un ámbito, el artístico, que siempre se había entendido desde un punto de vista puramente formal, dejando a un lado todo índice de abstracción o conceptualismo. La aparición de personajes como Marcel Duchamp, Andy Warhol o Joseph Beuys lo cambió todo y el espectador se asustó, se mostró distante y rechazó --sigue haciéndolo hoy día-- esas nuevas tendencias que buscaban dotar a las obras un mayor significado, un sentido más profundo, una reflexión o crítica". Ese grupo de "radicales" dijeron alto y claro "no a la mímesis".  ¿Qué significaba decir no a la reproducción de lugares y personas comunes? La esencia del arte, en esta teoría anti-mímesis, reside precisamente en que no puede comprenderse por la mera extensión de los mismos principios que rigen la vida cotidiana. Necesitaba de algo más. He ahí su (des)gracia.
En 1962, un neoyorquino de 25 años conoció a Andy Warhol durante la primera exposición individual de Pop Art que el artista nacido en Pittsburgh inauguraba en la Eleanor Ward’s Stable Gallery. Su nombre era John Giorno, y se hicieron amantes. 
Hablar de Giorno es hacerlo de uno de los grandes renovadores de la poesía. Influenciado por el propio Warhol y otros artistas de la envergadura de Robert Rauschenberg y Jasper Johns --con los que también mantuvo una relación-- provocaron que aplicara las técnicas del Pop Art, de apropiación de imágenes, para confeccionar su obra poética. Este proceso se tradujo en la creación del The American Book of Dead, en 1964, que vería a la luz tres años más tarde con la publicación de su primer libro Poems. En ese periodo conocería a William S. Burroughs y Brion Gysin, quienes contribuyeron a su interés de aplicar cortes o realizar técnicas de montaje de textos encontrados. Asimismo, empezaría a confeccionar sus primeras piezas de poemas "sonoros", siendo uno de los pioneros en lo que ahora llamamos Spoken word (arte de la palabra hablada). 
Figura crucial de la contracultura estadounidense, para muchos Giorno es uno de los principales responsables de la evolución más extrema que ha sufrido la poesía en lengua inglesa en las últimas décadas, gracias a su propuesta de revitalizar el diálogo entre el autor y el público. 


John Giorno


EL PROYECTO
Autor fundamental en la poesía posmoderna, el neoyorquino fue la sorpresa inaugural de la exposición Una posibilidad de escape. Para asaltar el estudio de la realidad y volver a grabar el universo, del Espai d’Art Contemporani de Castelló.  
Organizada en colaboración con el MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, y bajo el comisariado de Agustín Pérez Rubio, la muestra reúne la obra de una treintena de artistas nacionales e internacionales pertenecientes a la Colección MUSAC y toma como referencia los postulados del icónico escritor, artista y director de cine William Burroughs con la intención de "hacernos re-pensar nuestra actual realidad, de-construyéndola y transformándola en aras de una ficción que tiene que ver con esa otra realidad del subconsciente que supone una vía de escape en el terreno de las artes plásticas". 
Así, Una posibilidad de escape se inscribe conscientemente en el momento actual, donde realmente no es sencillo discernir la realidad circundante de la ficción. Los problemas económicos, políticos y sociales han hecho que la pérdida de la ilusión y la sobreexplotación de lo real se adueñen del individuo en forma de frustración o nostalgia, y en otras ocasiones, de virulencia y sin resignación. "Pero este momento convulso, también para el arte, obliga a repensar cuales son nuestras estrategias para seguir hacia delante", indica Pérez Rubio. 
La exposición plantea, como indica su título, una posibilidad para salir de nosotros y enfrentarnos con lo real con nuevas herramientas, entrar en un ensueño y pasar al otro lado, tal y como Lewis Carroll escribió en Alicia en el país de las maravillas. ‘Una posibilidad de escape’ busca subvertir la realidad y perseguir una suerte de trance en el que los factores queden alterados, las fragmentaciones den paso a los silencios, los órdenes no se establezcan, y donde se tienda de lo real a la desaparición, a una abstracción cada vez más borrosa, para regresar de ese viaje de nuevo a nuestra realidad siendo conscientes de que existen otros mundos y otros prismas desde donde mirarla. Para ello la ficción es una buena arma, y este proyecto tiende a ella de forma muy precisa, en homenaje a uno de los artistas, escritores y cineastas clave del siglo XX: William Burroughs. 

ICÓNICO BURROUGHS
Burroughs consideraba que el ser humano está alienado por el lenguaje. El lenguaje --y las normas gramaticales y sintácticas que le caracterizan-- es un organismo parásito, un virus, que ha elegido nuestras mentes como hábitat. El problema se complica porque los seres humanos infectados no saben que lo están. Para Burroughs, la auténtica revolución no es de índole social, sino mental. Deshacerse del virus lenguaje es el primer paso. 
La guerra contra este virus establece una continuidad en gran parte de su obra, donde los protagonistas --humanos, extraterrestres, seres inorgánicos, demonios...-- están claramente de un bando o de otro y se enfrentan violentamente, sin reglas de ningún tipo. Los esfuerzos de este autor por trascender las reglas del lenguaje consiguen finalmente destruir esa tiranía inherente, "de tal manera que Burroughs consigue expresar imágenes y mundos como nadie ha podido antes".
Así, el título y el subtítulo de esta muestra son un claro homenaje a él, y por ello la invitación a la entrada de la exposición se hace desde esa realidad, la misma de la que habla o a la que se refiere Burroughs. Por tanto, la lección que lega a nuestro presente el controvertido autor norteamericano es aquella que consiste en admitir que es necesario de-construir y re-construir de manera constante el lenguaje, "pues solo de este modo será posible dejar de ser hablados por otros --en lugar de hablar por nosotros mismos, desde un posición de sujetos de conocimiento y resistencia--, y ello sucederá siempre en el contexto de la búsqueda de nuevas formas de expresión artística, respecto a las cuales, a partir de Burroughs, es posible soñar con que algún día no muy lejano puedan ser soñadas". 

‘DREAM MACHINE’
Algunas técnicas interesantes que Burroughs introdujo  en la literatura son el cut-up --que aprendió de su amigo Brion Gysin, junto con el que inventó la Dream Machine--, consistente en collages narrativos o un esfuerzo denodado por destruir las normas sintácticas y semánticas sin perder el sentido de lo relatado y que pueden articularse en el campo visual. ‘Una posibilidad de escape’ pretende funcionar del mismo modo que los últimos libros de Burroughs en los que el lector no se da cuenta de que en realidad el texto está violando todas las reglas del lenguaje, logrando además que éste se transforme en imágenes de modo fluido. 
La muestra recibe al espectador con la experiencia sensorial de la instalación Dream Machine del artista británico Cerith Wyn Evans, cuyo título es un claro homenaje a Burroughs y Gysin. Lo que se pretende a partir de esta pieza es que el público se acerque a la misma, cierre los ojos y comience un viaje circular de principio a fin, de la realidad a la ficción, para regresar a esa realidad permanente de la que habla Burroughs. Esta experiencia sensorial se completará con las obras de Julieta Aranda, Txomin Badiola, Luis Camnitzer, Carles Congost, José Damasceno, Jimmie Durham, Jon Mikel Euba, Esther Ferrer, Philip Fröhlich, Dora García, Paul Graham, Federico Herrero, Christian Jankowski, Terence Koh, Jorge Macchi, Julie Mehretu, Itziar Okariz, Damián Ortega, Tony Oursler, Nicolás Paris, Paul Pfeiffer, Jorge Pineda, Fernando Renes, Nicolas Robbio, Ugo Rondinone, Néstor Sanmiguel Diest, Fernando Sinaga, Cerith Wyn Evans, Akram Zaatari, Carla Zaccagnini

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