Once meses de pecados y virtudes. Ahora, a descansar (columna de opinión)

Y el tiempo voló, y no me di cuenta. Rabioso o esperanzado, frustrado o encantado, son infinitas las sensaciones que uno vive cada nanosegundo. Once meses han desfilado ante mis ojos incrédulos. Once meses en los que se ha intentado dar lo mejor de sí, a pesar de los típicos escollos y condicionantes de nuestro día a día. He pecado, de eso no hay duda. Pero también he gozado de momentos de gran virtuosismo. Soy un receloso. 
Cuadernos se marcha de vacaciones, y yo con él. Es necesario recomponerse. Para ello hay que curarse en salud, como dicen. Un merecido descanso resulta vital para analizar esos aspectos que nos hagan mejorar, que permitan entregarnos por completo a ese objetivo que hace ya casi seis años me propuse: dotar a Castellón de un vehículo en el que poder expresarse, crear estrechos vínculos con las personas que contribuyen al enriquecimiento intelectual de la provincia y fomentar los nuevos valores culturales. Quizá sea una empresa difícil, pero intentar quitar la venda de los ojos de una sociedad que no acababa de creer en sus posibilidades me parece un reto fascinante. 
Probablemente, hayamos fallado a muchos. Soy consciente. Sin embargo, existe un grupo que no ceja en su empeño de acercar a nuestros lectores las propuestas que creemos motivan más. Desde la sección de maquetación e imagen, hasta los redactores. Todos somos una misma voz, la suya. 

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