La ironía de Karl Marx sobre la criminalidad (reseña literaria)

“El filósofo produce ideas, el poeta poemas, el cura sermones, el profesor compendios, etc. El delincuente produce delitos”. Sin embargo, “el delincuente no produce solamente delitos: produce, además, el derecho penal y, con ello, al mismo tiempo, al profesor encargado de sustentar cursos sobre esa materia y, además, el inevitable compendio en que este mismo profesor lanza al mercado sus lecciones como una ‘mercancía’. Lo cual contribuye a incrementar la riqueza nacional...” Increíble, ¿no?
Este es el comienzo de uno de los capítulos que engloban la obra Elogio del crimen, de Karl Marx. Curiosamente, el fragmento que acabo de transcribir forma parte de uno de los textos que este “filósofo de la sospecha” escribió entre 1860 y 1862 a modo de apéndice en su obra Teorías de las plusvalías.
La editorial Sequitur ha sido la encargada de recopilar, mediante el trabajo de Javier Eraso Ceballos, una serie de pequeños escritos que tratan abiertamente sobre la productividad de esta ‘profesión’. Quizá parezca extraño que un personaje como Marx escribiera sobre los delincuentes y el crimen. No obstante, tiene razón cuando dice que si no existieran ambos, parte del sistema por el que nos regimos no existiría. El alemán es conciso al precisar que sin los delincuentes toda la policía y la administración de justicia penal no tendrían cabida y, por lo tanto, miles de puestos de trabajo no deberían existir. Con ello no da a entender que la figura del criminal sea esencial para la supervivencia del ser humano. Únicamente, reflexiona sobre una de las partes --aunque marginal-- de la sociedad, y lo hace con una ironía exquisita que, a la postre, nos conduce hacia una reflexión aún mayor: la crítica del sistema establecido.
A lo largo de este diminuta obra, podemos conocer la opinión de Karl Marx sobre la pena capital, el pauperismo, la ley, la filantrópica burguesía y, en definitiva, la criminalidad --esa patología humana indiscutible--. La lectura es amena, educativa y, por momentos, nos ofrece la posibilidad de sonreír. Y es que Elogio del crimen muestra el poco conocido sentido del humor y el sarcasmo que solía acompañar a su riguroso e insoslayable genio en la filosofía política y económica. Marx consiguió con este compendio de textos mostrar su indignación usando, tan solo, la ironía como forma de expresión.

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