Or whatever it is...

Apatía confirmada, pocas ganas de "darle al coco", huir de la realidad, ver pasar los días... Cuando uno está de vacaciones, lo último que desea es tener presente todo aquello que le recuerde su vida laboral. Suficiente tiene ya con ser consciente de que algún día se acabarán y volverá al redil. Por esa misma razón, algunos buscan emociones en viajes y aventuras. Otros pretenden ocupar sus mentes bajo el influjo de la caja tonta. También existe un sector que intenta mantenerse firme haciendo deporte. Luego podríamos encontrar un grupo que decide saciar su apetito sin control. En mi caso, debo ser sincero, he sido de los que comen, beben y ven la tele día tras día. Sé que no es algo propio de alguien que dice preocuparse por la cultura, ávido lector o pseudo-intelectual, a secas. Pero, ¡qué le voy a hacer! Uno también tiene derecho a, simplemente, no pensar. Esta acción, el no pensar, es una tarea dificilísima. Cierto es, no voy a ser yo quien descubra esto ahora, que el cerebro está siempre "dale que te pego". Sin embargo, creo que podemos controlar, de algún modo, su actividad. Eso es, dicho de forma simple, lo que yo quise hacer durante mi período vacacional. Reducir al máximo mi actividad cerebral. Quizá, en mi subconsciente, hiciera esto para entrar pletórico de ganas al siempre intrincado mundo de lo laboral, con miles de ideas nuevas e inquietudes por saciar. No lo sé. Lo único que sí sé es que ya he vuelto al trabajo. ¿Con ganas? Ni tanto ni tan calvo. Imagino que poco a poco volveremos a sentir ese cosquilleo que produce el adentrarse en todos los ámbitos de la cultura or wathever it is...

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