Mi México

Detengo por unos breves instantes todos esos pensamientos que abarrotan mi mente a diario. Intento pensar, extraer de ese archivo de conexiones nerviosas interconectadas por las pocas neuronas que se apuntaron en su día a convivir con mi ser, una palabra: México. 
No había prestado la suficiente atención a mi relación personal con ese territorio. Muchas veces, las revoluciones de nuestro cerebro van a tal velocidad, que no nos damos cuenta de ciertas cosas. Hoy yo me percaté de esa unión fantasma --y digo fantasma porque nunca viajé a la tierra de los mexicas--. Sin saber cómo ni porqué siempre ha estado ahí, conmigo. En época universitaria dediqué horas a la investigación "americanista", centrando mis búsquedas en la llamada Nueva España, en sus revoluciones decimonónicas, en esos históricos Miguel Hidalgo y Agustín de Iturbide. Esas experiencias las compartí con una natural de Zacatecas --dícese de uno de los 31 estados que junto con el Distrito Federal conforman las 32 entidades federativas de México--. Más tarde, justo antes de comenzar mi andadura periodística, marché a Barcelona para participar con gran ilusión en el festival literario Fet a Mèxic. Allí, en la ciudad condal, tuve la oportunidad de conocer, conversar y estrechar la mano a Jorge Volpi, Álvaro Enrigue, Guadalupe Nettel, José Eugenio Sánchez o Julián Herbert --también escuché con gran atención la ponencia del crítico literario Rafael Lemus--. Posteriormente, me empapé de esa antología creada por Lolita Bosch y publicada por Mondadori titulada Hecho en México. Pasaron los días, los meses y los años y me perdí por las calles de mi ciudad para acabar en un café al que siempre quise entrar pero nunca entré, un local que cambió su nombre y su rostro para hacerse llamar LUPITA y contar como maestra de ceremonias con una cariñosa y sonriente mexicana que porta el nombre de Karina. Mi mente busca perderse ahora por Kaan Kun, ese nido de serpientes. Este no es el alegato de un loco, tampoco son sombras en la noche ni una fiesta en una botella. Todo esto, lo que quiera que esto sea, es un cuento fantástico de instantes fugaces que marcaron mi persona. Mi México. 

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