Inquietudes sorprendentes en el mundo del arte contemporáneo (artículo de prensa)

Maya-Marja Jankovic vista por Nacho Canós

El vigor de la ciencia y de la técnica, frente al carácter dubitativo del arte establecido, hace que la frontera que los ha aislado durante siglos vaya diluyéndose poco a poco. Esto, que para algunos pueda sonar a “chino” es ya una realidad. Paul Brown, artista y educador, ve además una invasión en toda regla: “Creo que el historiador de arte del futuro, al analizar este fin y comienzo de milenio, verá que los principales impulsos estéticos han provenido de la ciencia y no del arte... Quizá la ciencia esté evolucionando hacia una nueva ciencia llamada arte, quizá el propio arte, al menos el arte que hemos conocido en este último cuarto de siglo, ha dejado de tener alguna utilidad social...”
La distancia entre ciencia y arte se acorta, pero ¿cuándo se creó esta separación?, y ¿qué artistas la han cruzado? Durante la antigüedad, no había ninguna separación entre artistas y científicos. Los griegos no hacían distinciones, todo era ‘techné’ (arte, habilidad, técnica, destreza...). Sin embargo, con el paso del tiempo, la especificidad fue ganando terreno, creando ese distanciamiento que, a día de hoy, parecía intocable. Cuál es nuestra sorpresa al comprobar cómo las imágenes digitales, instalaciones electrónicas, robótica, incursiones en la genética..., es decir, los cruces entre ciencia, tecnología y arte marcan el rumbo creativo del siglo XXI.
Los artistas de la actualidad, educados en este mundo de redes sociales virtuales y múltiples, se muestran cada vez más preocupados con la necesidad de expresarse a diferentes niveles, de ahondar en esas otras posibilidades que el arte puede proporcionarnos con la ayuda de los soportes multimedia. Como metáfora de esta tendencia nos encontramos en Castellón con los proyectos de Maya-Marja Jankovic 4+1 y Longitud-Latitud.
Maya cuenta con una inquietud impetuosa, digna de admirar. No es de extrañar que, tarde o temprano, quisiera redescubrir el arte. En una fuerte apuesta por comprobar las posibilidad de la expresión artística a través del plano tridimensional, la artista serbia --pero muy castellonense-- ha dirigido sus esfuerzos en estudiar este nuevo fenómeno del arte multimedia.
Su proyecto 4+1 resulta sorprendente por varios motivos, a saber: la interacción del público con la obra divierte y educa al mismo tiempo; comprobar ‘in situ’ que las nuevas tendencias hacen acto de presencia en Castellón, es de agradecer; y, por último, ese corazón interactivo que emite sonidos al ritmo de nuestro cuerpo logra despertar nuestra curiosidad, cosa que se está perdiendo poco a poco en el mundo del arte.
Por otro lado, Maya Jankovic presenta en Castalia Iuris Longitud-Latitud, una muestra en la que la artista entremezcla su faceta pictórica con el vídeo, con un significado que también nos traslada a lo virtual, como son esos puntos y referencias imaginarios, los meridianos y paralelos, por el que nos guiamos. Con todo, Jankovic se arriesga por ofrecer al público esas otras realidades que, poco a poco, cobran mayor protagonismo en nuestras vidas. Merece la pena.

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