"Álbum del mes: A CHIP OFF THE OLD BLOCK" FEBRERO'11

¿Cómo? ¿Qué no sabes quién es The Sugar Man? ¿No conocías a Mr. T? Amigo, no sabes lo que te estás perdiendo. El bueno de Stanley Turrentine debe ser escuchado al menos una vez en la vida. Su música, mezcla del mejor hard bop y soul fue una de las más afamadas de principios de los años 60 y ya sé que siempre escribo en este apartado musical que el protagonista del álbum es una leyenda del jazz, pero es que es verdad. Turrentine, al igual que esa mágica generación que sorprendió y emocionó durante la década de los 50 y 60, deben ser considerados genios, sin excepciones. Ciertamente el caso de Stanley puede diferir un poco del resto por su clara influencia del r&b y del blues. Quizá por esa razón su trayectoria esté vinculada al soul jazz, a la fusión. Particularmente, su sonido es enigmático, con mucho ritmo y energía. Para comprobarlo solo hace falta escuchar este A chip off the old block, de 1963. Acompañado por el trompetista Blue Mitchell, el bajista Earl May, el batería Al Harewoo y la organista Shirley Scott (quien, por cierto, era esposa de Turrentine en aquella época), el disco está compuesto por cinco excelentes canciones que honran la memoria del gran Count Basie. One O'Clock Jump; Blues in hoss' flatt; Spring can really hang you up the most; Cherry point; o la que mayor gozo me produce, Midnight blue --obra de Neil Hefti--, son las canciones de este trabajo que se caracteriza por la presencia del órgano de Scott y el juego emotivo entre Turrentine y Mitchell. El disco desvela ciertos aires clásicos que se vuelven rápidamente en giros frescos y ofrecen un mar de sensaciones al oyente de aúpa. 

El saxo tenor de Turrentine demuestra un sonido melancólico y, sobre todo, sensual donde la improvisación se erige como su forma de expresión predilecta. The Sugar Man no decepciona nunca y eso, queridos amigos, es algo que se debe tener en cuenta. Así, recomiendo que os dejéis llevar por el soul jazz de un músico excelente. Recordar lo que dijo Clifford Jordan una vez: "Algunas personas pueden jugar a esto y realmente evolucionar en esto, como Stanley Turrentine. Él puede tocar cualquier pequeño chasquido. Todo es perfecto en su forma de tocar y no trata de imitar a nadie".