Relatos de un autor romántico francés (reseña literaria)

Descubrir o redescubrir un sello editorial reconozco que es algo que me fascina. En cada uno de estos encuentros le esperan al lector miles de aventuras y eso, para aquellos amantes de la palabra, es una auténtica bendición. Así, en ese afán de explorador literario/editorial me topé con el sello sevillano Metropolisiana, que tienen como una de sus grandes características la apuesta por la ilustración como forma de enriquecer cada una de sus obras publicadas. Esta fórmula tan atractiva supone una tentación demasiado fuerte como para rechazarla. Por esa misma razón, me dejé llevar por la escritura de un autor francés que, como el propio editor del sello --José Daniel Serrallé-- dijo, ofrece un relato “un poco incorrecto políticamente”. Hablamos del poeta, escritor y crítico Théophile Gautier y La pipa de opio, que se presenta en esta edición junto al relato de Arria Marcella, también de Gautier. La obra ofrece una defensa, en pleno del siglo XIX, de los “paraísos artificiales y la escritura suelta, rápida, llena de imágenes y loca de leer pero muy literaria”, por un lado, y en la lado opuesto el viaje a los paraísos naturales, en este caso, a las ruinas de Pompeya.

Gautier, tal y como dicen expertos críticos del hoy, representa como pocos “el vuelo espiritual, creativo y vital del siglo XIX francés, del que dejó constancia tanto en sus revolucionarios preceptos artísticos, sus compañías o su afición a los viajes y los estupefacientes. El famoso autor de Mademoiselle de Maupin y El Capitán Fracasse fue un verdadero fabricante de piezas de orfebrería que desafían al tiempo. Ahora, Metropolisiana rescata para nosotros ese gusto por la prosa pulida y adornada propia del romanticismo francés.

Lo curioso de esta obra, además de la prosa, es la doble faceta que vemos de su autor. Mientras que el Gautier de Arria Marcella se muestra nómada, fiel a su época y aventurero, en La pipa de opio vemos a un Gautier sedentario, “un hombre en los umbrales del futuro, en el principio del camino que comienza a inventarlo y que dará sus más espectaculares frutos en las vanguardias del siglo XX”, tal y como escribe en el epílogo José Antonio Guerrero Reyna. La pipa de opio es un cuento creativo, un relato casi absurdo que nos sugiere una experimentación sustanciosa de un autor que confirió a su obra una frescura encantadora.