La red, un espacio crítico (artículo de prensa)

Inmersos en plena revolución tecnológica, en el que uno al parecer no es nadie si no tiene cuenta en Facebook o Twitter, existen ciertos elementos que sirven para que la interacción entre arte y espectador sea mucho más cercana. Hoy en día todos los museos y galerías tienen su propia página web o, incluso un blog. El siglo XXI se caracteriza, hasta la fecha, por ser un mundo interactivo en el que todo y todos podemos estar conectados --para bien y para mal--. La información fluye a tal velocidad que uno, a veces, no sabe muy bien ni dónde está. Esa inmediatez ha sido entendida por muchos artistas como una gran oportunidad para dar a conocer sus creaciones. Los canales de vídeo como Youtube o Vimeo sirven como plataforma de difusión para muchos de ellos. Sin embargo, todavía queda mucho por explorar en este entramado de enlaces y portales llamado internet y para ver qué importancia puede llegar a tener para la propia creatividad y posterior divulgación.
Uno de los soportes que mayor éxito y, porqué no decirlo, extraña legitimidad suscitan son los blogs. La razón, quizá, radique en que utilizan modelos narrativos propios del periodismo y de la teoría crítica. Andrés Castaño remarca que “aún queda terreno por perfilar, pero el blog hereda la forma del cuaderno de viaje, de la bitácora personal, solo que buscando abrir nuevas vías de difusión”. Además, el blog tiene un cierto cáracter “underground”, lo que le da un aire más alternativo, fuera de lo establecido y, por tanto, fuera de la crítica institucional. Ese sentir “canalla” que albergan algunos ‘blogueros’ sirve para mostrar aquello que los grandes medios de comunicación callan, obvian o ignoran. “Ya solo por eso su existencia está justificada”, dice Castaño. Lo cierto es que sirven de complemento perfecto para conocer a muchos artistas y exposiciones que, de otro modo --el puramente institucional-- sería inaccesible.

OTRA FORMA DE CRÍTICA
Los ‘blogueros’, muchos de los cuales son críticos de arte reconocidos en los medios nacionales e internacionales, coinciden a la hora de lamentar que la información sobre arte se limite a críticas breves o a la mera reproducción de notas de prensa. Falta, quieran o no reconocerlo, ese punto de valentía por decir realmente lo que se piensa, eso sí, basado en los conocimientos teórico-prácticos del arte. Escribir por escribir lo puede hacer todo el mundo.
Así, podríamos decir que existe una necesidad por alzar la voz y hacer una crítica solvente, de corte más filosófico, “porque el ámbito artístico está falto de críticas profundas”, tal y como dice Javier González Panizo, autor de ‘Blogearte’. Lo bueno que tiene la red --porque cosas buenas tiene, hay que reconocerlo--, es esa capacidad por crear un debate alternativo, por forjar un espíritu crítico y compartir opiniones. La necesidad de un nuevo discurso en estos tiempos es algo necesario para seguir profundizando en el quehacer artístico. Por esa razón, el blog aporta una independencia de criterio y oportunidad que los medios tradicionales no precisan, ya que siempre se ven coaccionados a los intereses político-económicos del grupo al que pertenezca.
Si pensamos en la crítica únicamente como dispositivo diseminador, como maquinaria de proliferación del sentido, como aliada incondicional del estado incumplido de las economías del significado, los blogs son una buena respuesta para homogeneizar la información y los análisis, además de los debates que se ciñen a una agenda definida por el pensamiento único. “En la variedad está el gusto”, dicen. Así, no nos cansamos de lo establecido.

DISPERSIÓN
Muchos artistas y críticos de arte creen que los medios tradicionales buscan cada vez más la noticia dura o la espectacularidad. Por ese motivo, el blog se ha convertido en un elemento imprescindible de conversación, la herramienta más adecuada para difundir un tipo de reflexión crítica. En Castellón existen ejemplos como el del artista cubano Amaury Sánchez, quien de forma semanal realiza una entrada sobre alguna de las exposiciones que se pueden visitar en la capital de la Plana en ‘De galerías con Amaury’. También tenemos otros importantes espacios de reflexión cultural como ‘Agitación cultural desde la periferia’ o ‘Artekunstart’. Además, nuestros artistas, jóvenes y no tan jóvenes, se han apuntado a esta forma de divulgación que, como dice el crítico Fernando Castro Flórez “son una herramienta, un espacio magnífico para plantear crítica de arte o, para hacer que circule la información”. Y quién sabe, en un futuro todas esas reflexiones puedan conformar un libro como el que el fotógrafo y crítico valenciano --y que expuso en Castellón el pasado año-- Alberto Adsuara publicó y que se titula ‘De un espectador cansado’, que prologó Félix de Azúa. Adsuara es el creador del blog ‘De un espectador expectante’, uno de los rinconces más atractivos de leer por su sinceridad con respecto a lo que sucede en el mundo del arte actual y, también, en la sociedad.
A pesar de que muchos creen que el blog no es un modo fiable de realizar crítica, que son superficiales y efímeros, hay que reconocer que el impacto que han creado es amplio. Aquí mismo, en la provincia de Castellón, ya son unos cuantos los pequeños rincones que aplican, como dice Castro Flórez, “sutileza, rapidez, multiplicidad, destellos de lucidez, compromiso, tolerancia y deseo renovador”. En definitiva, las nuevas plataformas de difundir el arte a través de la red acercan al gran público de una forma más cercana todo aquello que tiene lugar en las galerías, ferias, museos y centros de arte. Sin límites de espacio ni condicionantes.

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