Inquietud cinematográfica (entrevista a Isaki Lacuesta)

Isaki Lacuesta fotografiado por Paco Poyato

Una historia que contar y mil formas de poder hacerlo. Esa es la magia del cine. Uno de sus magos, un visionario que busca la forma de narrar aquello que le inquieta, un curioso, estuvo en Castellón esta semana. Hablamos de Isaki Lacuesta, uno de los cineastas “jóvenes” que copan los elogios de la crítica y que es muy difícil ubicar. Lacuesta hace aquello que le divierte, que le gusta en un momento dado, que le preocupa. Su último trabajo Los pasos dobles --una historia que narra los preparativos de la representación de Pasodoble, en Gogolí, el pueblo del artista catalán Miquel Barceló en África, y seguirá con un viaje con Barceló y sus compañeros en busca de los vestigios del pintor y escritor francés François Auigéras (1925-1971)-- se estrenará dentro de poco pero el catalán ha tenido tiempo para impartir un taller en el Espai d’Art Contemporani de Castelló. Aprovechamos su visita para hablar con él.

Pregunta: Un cineasta obsesionado con el lenguaje cinematográfico. ¿Qué opinas?
Isaki Lacuesta: Me parece extraño que digas eso porque nunca dirían eso de un pintor o un escritor. Creo que se consideraría normal que un cineasta hable de cosas a la vez que está trabajando su lenguaje. ¡Qué menos! Es algo natural

P: ¿Y qué es lo que buscas?
I. L.: Depende. No busco cosas a priori marcadas, ni tengo una línea de trabajo concreta ni un estilo definido. Depende de lo que me apetezca en ese momento o del tema que surja hago una película, cuento una historia. Procuro cambiar las formas. Es una forma de divertirme y de ir probando cosas nuevas y aprendiendo.

P: Por tanto, la forma de filmar se adapta a la propia historia y no al revés...
I. L.: Es una mezcla entre lo que el personaje de la historia pide y lo que me sugiere a mí. Podríamos decir que es la curiosidad lo que me mueve.

P: En una ocasión dijiste que el cine “no es tanto explicar una historia como encontrar una forma de vida personal, que me permite hacer viajes y conocer a gente”.
I. L.: Sí. Eso lo comentaba porque comencé a hacer cine por las ganas de explicar historias. Además, tenía la oportunidad de ir a lugares, conocer gente... El cine y una cámara es una excusa muy buena para poder viajar.

P: ¿De eso habéis tratado en el taller que has impartido en el EACC?
I. L.: Realmente esa era una de las cosas que planteé. También les dije que podíamos cambiar de tema cuando quisieran y así lo hicimos. Hemos tratado varios aspectos. Me gusta que el cine pueda cambiar de tema y lo mismo con este tipo de propuestas. Monterroso lo decía muy bien cuando expresaba que los libros debían ser como una conversación, que los libros no tenían porqué ser una cosa coherente y cerrada sino que podían cambiar en cualquier momento. Igual que las conversaciones buenas.

P: Dicen que eres uno de los directores más personales y osados de la escena actual. ¿Da miedo o respeto que digan eso?
I. L.: Lo de más personales es muy ambiguo porque cada director hace su cine. Directores de cine muy comercial son personales, incluso Ozores era muy personal. Lo que no me gusta es cerrarme en un solo formato para contar una historia.

P: ¿Cómo ves la situación actual del cine español? Según parece ha caído un 70% la taquilla en España y con el conflicto de la ‘ley Sinde’ y la dimisión de Álex de la Iglesia todo parece convulso, revolucionado...
I. L.: Existe un dato muy significativo y del que nadie hace mención. El año pasado fue el primero en el cual el cine español tuvo más público fuera de España que dentro. Es un dato que creo se debe tener en cuenta y que nadie reconoce. Siempre se habla, en el mercado interno, de que el cine español está falto de cualidad cuando vemos que, justamente, fuera no para de aumentar su consumo. Seguramente el problema radica en que aquí se debate menos sobre cine que en otros lugares. Todo es hablar de economía en el cine y demás, y eso aleja al espectador de lo que realmente importa, que es la propia película, la historia que te cuenta. Estoy muy cansado de ver y escuchar que el cine español es una mierda cuando este tiene una gran variedad. Si algo define al cine español es la gran cantidad de cosas que hay.

P: Supongo que de hace unos 10 años a ahora se ha visto más ese cambio, esa diversidad
I. L.: Totalmente. Las generaciones nuevas son más potentes y más diversas. Yo creo que por fin hay un hilo conductor. Eso es bueno porque permite hacer cosas muy personales y diferentes.

P: Todavía dicen que eres un director joven
I. L.: Eso son el tipo de cosas que cambian de un día para otro.

P: ¿Es más complicado entrar en este mundo de la industria del cine o afianzarse, lograr una carrera sólida?
I. L.: Las dos cosas son complicadas, como en cualquier otro trabajo. Es como todo, la gente que acaba haciendo cine es por resistencia física. El talento y la suerte te ayudan pero es el aguante que tenga uno lo que provoca que hagas cosas. Hoy día hay más gente preparada que ofertas laborales, lo cual ya complica mucho las cosas.

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