75 años de Woody

Ayer Woody Allen cumplía 75 años. Me uno a lo que dice el crítico de cine de el País Carlos Boyero --al que cada día idolatro más, por otro lado-- de "ojalá cumpla 125 años y con la cabeza en su sitio". Y es que, el gran retratista del ser humano en el cine del siglo XX, único por su incomparable sentido del humor, es para mí una de mis mayores influencias. Inolvidables son los momentos que he disfrutado viendo alguna de sus películas (las he visto todas a excepción de las dos últimas). Esos diálogos llenos de ironías, matices, preocupaciones, miserias y locuras son algunas de las cosas por las que Woody Allen debía existir en este mundo. El espíritu de Nueva York, el judío tímido y payaso, el maestro del celuloide. Todo eso, y más, es él. Lo adoro y sigue siendo, pese a las críticas que siempre se ciernen sobre él, una de las miradas más privilegiadas que existen.