La adulteración en el arte y la sociedad (reseña literaria)

El crítico de arte, filósofo y pintor italiano Gillo Dorfles --una de las personalidades más eminentes de la cultura europea y autor de obras célebres como Las oscilaciones del gusto o El devenir de las artes-- se cuestiona en Falsificaciones y fetiches, que ha publicado la editorial Sequitur, el futuro del arte como reflejo de la realidad y los sentimientos de autenticidad en una sociedad donde buena parte de la cultura se basa en la falsificación y la simulación. Dorfles escribe de una forma llana y sencilla, consigue que entendamos aquello que dice, cosa que no siempre logran los críticos de arte. Analizando el arte de nuestros días, dice Dorfles, advertiremos no pocas prácticas dudosas --algo que viene siendo muy común en los debates que se ciernen sobre el arte contemporáneo día sí, y día también--. El porqué quizá radique en la hibridación de las distintas disciplinas artísticas, cosa que el pensador italiano nos descubre a partir de la no asimilación, por parte de la sociedad, de la cultura y, más aún, del arte.
Lo cierto es que esta obra, pequeño ensayo diría yo, sirve perfectamente como base para lograr entender la complejidad de estos procesos, proponer soluciones más o menos salvíficas y salvaguardar la relación entre el arte contemporáneo y el sentido común --que muchos creen que no existe--. Dorfles nos cuenta que la adulteración y la falsificación existente aún no lo han conquistado todo, ya que el ser humano conserva todavía una reserva de pureza y de invencible fuerza personal --yo, personalmente, creo que esa fuerza mengua cada vez más--. La creación artística actual, a pesar del generalizado aplanamiento, fruto de la falsa comunicación y de la adulteración de propósitos, gustos y hábitos, sigue teniendo un mínimo de autonomía. Lo que el italiano intenta hacer ver es la necesidad de potenciar y hacer el mejor uso posible de esa autonomía, “que todos poseemos aunque no todos sepamos hacerla valer”. Así, con Falsificaciones y fetiches tenemos la oportunidad de adentrarnos en el mundo de lo que Dorfles denomina ‘Escucha crítica y escucha onírica’, en las interferencias entre arte y tecnología, en lo natural y antinatural, en la fetichización de lo sagrado, en el sentido común y el sentido del arte, en esa disensión entre arte y ciencia... En definitiva, el crítico y filósofo se pregunta ¿cómo cabría calificar nuestra cultura en este inicio de milenio? Habrá que descubrirlo poco a poco.

Comentarios

Esther ha dicho que…
Sencillamente me encanta tu blog, me encantas tu!

Besos.

PD. Esperemos que a lo largo de nuestra vida no acabemos falsificados. Coraje y lucha, no dejemos nunca de leer, estudiar, pensar, leer a los filósofos griegos. No nos olvidemos de ser nosotros mismos.

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