Arte electrónico, ¿al alza? (artículo de prensa)

The Crown Fountain, obra de Jaume Plensa

La irrupción de las últimas o nuevas tecnologías en el ámbito de la cultura, y sobre todo en el mundo del arte, han provocado que los modos conocidos de producción, distribución y acceso a la producción cultural contemporánea haya cambiado radicalmente. Cada vez son más familiares los blogs, portales, páginas web, dominios... que hacen las veces de espacios de investigación y divulgación artística. Cada vez son más los “artistas amateurs” que se atreven a realizar y mostrar sus creaciones a través de Internet. Cada vez existen más proyectos que entremezclan el proceso tecnológico-electrónico-informático con el artístico. ¿Esto es realmente arte? La pregunta engaña, la verdad sea dicha, y lo hace porque cualquier respuesta conlleva polémica. Sin embargo, podemos decir que en ese afán por crear nuevos tejidos en el entramado del arte y nuevas plataformas de expresarse, el llamado “arte electrónico” o “multimedia” o “tecnológico”, es arte.
Cierto es que no estamos acostumbrados a la existencia de algunos vocablos que resultan de otras disciplinas más empíricas. Por ejemplo, desde hace unos cinco años se viene hablando con interés de la “cultura móvil o mobile art”, “softwares creativos” y “modelos interactivos”. Estos conceptos adquieren mayor relevancia en el arte a medida que lo hacen en nuestras vidas.
El arte que hace uso de la red como vínculo para divulgarse o que utiliza la red como parte de su contenido fueron algunos de los aspectos que se trataron en el Espai d’Art Contemporani de Castelló a través del encuentro Redes de arte que organizó el portal Arte10.com.

‘REDES DE ARTE’
Esta jornada pretendía hacer uso de la infraestructura que posibilita el portal web para acercar a los diferentes actores de la escena artística española --desde artistas, críticos o comisarios, hasta coleccionistas o profesionales del arte--. Debo decir que tenía muchas dudas sobre su cometido. Intentar explicar algo tan complejo, a mi parecer, como es la aparición de un tipo de arte que se aleja por completo de los razonamientos puramente estéticos y creativos, es una tarea difícil. La sensación que obtuve fue, y lo digo de forma sincera, la de estar presenciando a cuatro científicos cuyo primer discurso era que el arte electrónico necesita el apoyo de las instituciones para financiar sus proyectos a modo de i+d (investigación y desarrollo) --me abstengo de cualquier comentario--. Pese a esa primera impresión, el seminario sí me sirvió para “picar el gusanillo” de mi curiosidad.
Lorea Iglesias, una de las participantes en el encuentro e investigadora de la UAB (Universitat Autónoma de Barcelona), habló de su trabajo, que se centra en la aparición del uso de los teléfonos móvil como modo de creación. A través de su página artismobile.wordpress.com comprobamos cómo la digitalización del espacio público permite a algunos artistas --mediante ese “do it yourself”-- poner en práctica ideas sencillas que versan sobre la cultura audiovisual y los lenguajes “transmedia”. En esta clase de iniciativas se pretende fomentar un uso consciente, crítico y creativo de las ya no tan nuevas tecnologías y, por supuesto, invitar a todos a participar. Y es que, el arte electrónico es, quizá, el que mayor necesidad de interrelación con el público necesita. Me explicaré con otro ejemplo como el proyecto SMSlingshot, de Patrick Tobias Fischer y Christian Zölner. Estos dos creativos reclaman --y esto me resultó de lo más curioso-- pantallas urbanas en las que poder expresarse cuando se quiera. Así, el SMSlingshot es un artilugio con forma de tirachinas con el que uno puede interactuar a través de un teclado móvil y una pantalla. El funcionamiento es sencillo: se escribe el mensaje y con la ayuda de un puntero láser que lleva incorporado se apunta con el tirachinas, después se dispara y entonces el texto escrito queda plasmado en la fachada elegida. A mí me sorprendió, la verdad. Probablemente, el carácter lúdico sea la causa, ya que sin él resultaría un tanto extraño todo esto. Pero aún hay más. Una de las obras que mayor repercusión ha tenido y que mayor interés me ha despertado en estas indagaciones tecnológicas es The Crown Fountain, que el artista catalán Jaume Plensa instaló en la plaza Millenium de Chicago. La obra está compuesta por dos grandes torres de ladrillos de vidrio, sobre las cuales se proyectan vídeos con residentes de la ciudad y donde los visitantes pueden disfrutar de uno de los más claros ejemplos de arte y experiencia colectiva. Elementos arquitectónicos, espaciales, imágenes, audio y aire libre interaccionan en un espacio de juego y sensaciones. Fascinante.
¿Y qué papel juega Internet? Para responder, hablaré de la experiencia de cuatro estudiantes de informática de Nueva York que tuvieron la idea de crear una red social libre y abierta. No tenían dinero para llevarla a cabo, así que solicitaron apoyo a través de la red a los que quisieran ver la idea hecha realidad. Finalmente, lograron su objetivo gracias a Kickstarter (http://www.kickstarter.com/), el servicio de “crowdfunding” más popular de la red. Ésta y otras iniciativas facilitan que artistas y creadores puedan buscar apoyo económico para sus propuestas, a través de donaciones. Digamos, que es un sistema de mecenazgo del siglo XXI. Pero la relación del arte con la red tiene muchas más historias. Sin ir más lejos, el artista Jon Rafman ha desarrollado parte de su proyecto artístico Nine eyes seleccionando miles de imágenes de Google Street View. Rafman ofrece una colección de poderosísimas instantáneas que capturan momentos tan únicos que ha sido simplemente el azar quien se ha ocupado de que ocurran.
Queramos o no admitirlo, que la vorágine tecnológica conforma un vastísimo campo de estudio creativo es una realidad. ¿Es un valor al alza dentro del arte? Es probable, aunque por el momento estos proyectos son de difícil acceso.

Comentarios

Ruby Fernández ha dicho que…
A mi la verdad,no me gusta mucho el arte digital,únicamente acepto lo digital como medio de difusión del arte,pero no como arte en si.Preguntabas al principio de tu artículo si esto se podía considerar como arte, yo creo que mas bien son postales de un arte. Te pueden llegar a mostrar el arte que puedes encontrar para que tu si quieres vayas a verlo, pero en si no es arte como tal...
Nunca me gustó el video arte, a lo mejor es que yo he dado con malos ejemplos de ese género artístico...


Besos miles

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