¿Persisten aún las dudas? (artículo de prensa)


Detalle de la exposición ‘Canto cívico’, del mexicano Miguel Ventura, que albergó el EACC en 2007. Fotografía: Paco Poyato.

Hoy en día es difícil confiar en alguien o algo. Nos hemos vuelto cautelosos o lo que es lo mismo, inseguros con respecto a todo aquello que nos dicen. Reconozco que es algo lícito el no creerse ya nada. Muchas personas, a no ser que tenga ante sus ojos un documento firmado en el que se indique tal o cual cuestión, simplemente, no confían. Si trasladamos esta problemática social al ámbito artístico, nos topamos con ese arduo y cansino debate sobre el arte contemporáneo y todos aquellos factores que le rodean, como los propios espacios expositivos y, cómo no, los sujetos que se dedican a crearlo, esto es, los artistas.
Son muchas las veces que he oído decir que “no me gusta el arte de ahora porque no lo entiendo”. En unas declaraciones recientes, la vallisoletana Dora García, representante española en la actual bienal de Venecia, dice que “en el arte no hay que entender nada”. García, a lo que se refiere –o eso interpreto yo--, es a que la mayoría de la producción artística que se realiza hoy tiene más en cuenta las impresiones y sensaciones al contemplar la obra en sí que su mero significado. Pero bueno, ese sería otro tema que ahora no viene al caso. Si continuamos con esa afirmación de “no me gusta el arte de ahora porque no lo entiendo”, podremos decir que estas mismas personas no visitan los centros y salas que albergan este tipo de arte. Es algo lógico. Si no entiendo estas obras, para qué visitar exposiciones que las exhiban. En este sentido, han sido muchos los castellonenses que han evitado visitar el Espai d’Art Contemporani, aún sabiendo que el trabajo que en él se lleva a cabo tiene gran repercusión internacional.
El EACC, amigos lectores, nos ha puesto en el mapa de muchos medios de comunicación, intelectuales, instituciones y personalidades de reconocido prestigio. Pese a todo, mucha gente sigue en sus trece y realmente no se cree que tenga tanta importancia. Pues bien, ahora es el momento en que digo a los incrédulos que necesitan una firma notarial para tener constancia de las cosas, que el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, a través a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ha editado una obra en la que se destaca los mejores centros de arte contemporáneo españoles. El EACC, como no podía ser de otro modo, es uno de ellos. Ahora, a partir de ese documento creado con total objetividad por Jorge Fernández León, los castellonenses tendrán la seguridad de que en su ciudad existe un rincón en el que se hacen bien, muy bien, las cosas.
Nuevos Centros Culturales para el siglo XXI. Consenso y conflicto, que así se llama la publicación, da cuenta de la calidad de los centros de arte españoles vinculados con la producción y la creación contemporáneas y presenta en detalle una selección de 16 instituciones españolas que ejemplifican diversas interpretaciones de la acción cultural en España. Además del EACC, se incluyen los museos MACBA (Museo de Arte Contemporáneo, Barcelona), MEIAC (Museo Español e Iberoamericano de Arte Contemporáneo de Badajoz), MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo, León) y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; los espacios culturales Fundación NMAC (Montenmedio Arte Contemporáneo, Cádiz), La Casa Encencida de Madrid, Laboral Ciudad de la Cultura de Gijón, Matadero (Madrid), la Tabakalera de San Sebastián; y los centros de arte Bòlit Centro de Arte Contemporáneo de Girona, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla), Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), Centro Cultural Montehermoso de Vitoria-Gasteiz, el Centro Párraga de Murcia y el Centro Galego de Arte Contemporánea, que se encuentra en Santiago de Compostela.
La publicación --de 300 páginas, gran formato y bilingüe castellano-inglés-- quiere servir de promoción internacional para difundir la cultura española en los últimos años y su actual identidad plural y descentralizada. Características que el EACC cumple a la perfección como tantas y tantas veces hemos querido demostrar. Ya lo dijo el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel: “la existencia de centros como el Espai d’Art es fundamental para la salud cultural”. En este sentido, y no quisiera parecer presuntuoso, que esta afirmación provenga de uno de los mayores entendidos en arte que existen, es algo a tener muy en cuenta. ¿No?
El Espai d’Art Contemporani de Castelló ha logrado en poco más de diez años cambiar por completo el panorama cultural de toda una ciudad y una provincia. A lo largo de todo este tiempo han difundido la marca “Castellón” allende los mares y han traído a auténticos mitos del arte para que expusieran sus proyectos. Huelga decir que esto es un auténtico lujo del que no disfrutan muchas de las grandes urbes de Europa. La inclusión, pues, del EACC en esta obra, es un signo inequívoco del esfuerzo y el trabajo bien hecho. Y, pese a que muchas veces no estemos de acuerdo con la oferta que presentan, no debemos dudar nunca de su pretensión: crear y fomentar un diálogo constructivo entre los ciudadanos. Muchos criticaran las formas con que intentan llevar a cabo este objetivo, pero deben saber que con esas mismas críticas ya participan en ese juego tan enigmático como es el intercambio de ideas y reflexiones.
Creerán que escribo con demasiada subjetividad. Puede que antes fuera así, pero ahora mismo, y con la publicación de la obra Nuevos Centros Culturales para el siglo XXI. Consenso y conflicto, gozo de cierta inmunidad. Ahora no somos tan solo unos pocos los que defendemos al EACC. Ahora son los expertos.

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