Lonely...

Escucho esta canción a través de una quebrada voz, de tono áspero. Es la voz de un solitario californiano, como la canción. Una voz que encontró la inspiración, en más de una ocasión, en otros seres solitarios como él (llámale Bukowski, llámale Kerouac). Al escucharla me invade cierta desazón, una nostalgia que no sentía hacía tiempo. No somos tan distintos el uno del otro. Ambos buscamos esa inspiración divina en personajes poco agradecidos, moribundos. La única diferencia (gran diferencia, diría yo), es que esa voz rota se hace escuchar y llega al corazón de muchos. Mi voz, sin embargo, se queda muda, impotente ante la posibilidad de versar palabra alguna ante aquellas personas que le aman. Quizá sea ese el motivo por el que sienta tan profundamente aquellas miserias que narran ciertos escritores, que pronuncian ciertos poetas, que pintan ciertos artistas o que cantan aquellos viejos solitarios. Son un refugio y en ellos me siento a salvo. Por más que uno quiera proclamar su madurez, el miedo escénico es constante. Vuelvo a escuchar de nuevo esa canción a través de la quebrada voz, de tono áspero. Vuelvo a sentir que mi corazón se encoge. Siento pena por el solitario, siento pena por mí. ¿Habrá cura? Quien sabe. Habrá que poner buena cara para la fotografía. Mientras tanto, seguimos con Lonely y Tom Waits. 


 

Lonely, lonely, lonely, lonely eyes,
Lonely face, lonely lonely in your place.
Lonely, lonely, lonely eyes, lonely face,
Lonely lonely in your place.

I thought that I knew all that there was to,
Lonely, lonely, lonely...

Melanie Jane, won't feel the pain.
Lonely, lonely, lonely eyes, lonely eyes,
Lonely lonely in your place.

And I thought that I knew all that there was to
Lonely, lonely, lonely eyes, lonely eyes,
Lonely lonely in your place, and
I still love you, I still love you,
Lonely, lonely...

P. D.: Tranquilos, es una de esas reflexiones a medianoche. No lo toméis muy en serio.