Mi gruñón preferido
Arthur Schopenhauer visto por Angilbert Göbel
Hace ahora 150 años y tres días moría el "bueno" de Arthur Schopenhauer. Puede que muchos no le aprecien hoy por esa fama de misógino, malcarado y pesimista por antonomasia. Yo, sin embargo, lo adoro. El porqué es bien sencillo. El pensamiento de este alemán que decía aquello de que "toda vida es esencialmente sufrimiento" me ha procurado varios momentos de placer, gracias a la lectura de algunas de sus reflexiones sobre la vida cotidiana. Mi opinión, al leerlas, es que Schopenhauer poseía un humor cínico muy marcado. El problema, pues, creo que se encontraría en que muchos no se dieron cuenta. Sus críticas mordaces, sus salidas de tono, están magníficamente escritas. Son pequeñas joyas literarias, pese hundir en la miseria a más de uno. Esas sentencias o máximas que el filósofo de El mundo como voluntad y representación nos ofreció en vida y muerte hacen de este "gruñón" un maestro del pensamiento occidental moderno. Y si nos pensábamos que ya no encontraríamos más consideraciones y recuerdos del de Danzig, cuál es nuestra sorpresa al leer que la editorial Herder publica ahora en España Senilia, un libro inédito que contiene parte del legado póstumo de Schopenhauer, sus últimas gotas de sabiduría. En total, este volumen contiene 150 páginas en las que encontramos joyitas como esta: "esforzarse y luchar contra algo que se resiste es la necesidad más esencial de la naturaleza humana".
Los mensajes éticos de Schopenhauer nos ayudan a responder a algunos de los grandes problemas de la sociedad como el mal, el dolor, la libertad humana o la inmortalidad. Pese a su "malos modales", Schopenhauer siempre será uno de los pensadores más respetados.
Comentarios
Gran reflexión y gran elección.
:)