Uno de aquellos transgresores de la palabra

William Burroughs visto por Richard Avedon

Nadie diría al ver a este hombre, al menos eso creo yo, que se trata de uno de los escritores más transgresores e influyentes del siglo XX. Su apariencia denota cierto aire pesimista, melancólico, propio de alguien que se ha visto inmerso en ese círculo vicioso de la monotonía y que ya no siente pasión por la vida. Viendo a este hombre, uno siente una ligera tristeza y piensa cómo fue capaz de revolucionar la literatura. Su imagen es propia de uno de aquellos vendedores de seguros que tanto criticaba Woody Allen en sus filmes. También nos recuerda a ese Willy Loman de Arthur Miller, ese pobre cansado e insatisfecho de Muerte de un viajante. Su rostro firme y apagado. Su mirada perdida pero intrigante. Nadie diría que fuera un ‘beat’, uno de aquellos personajes que proclamaron la libertad sexual, que formaron parte activa de la contracultura de la década de los 50 y 60 del siglo XX. Sin embargo, fue todo eso.

William S. Burroughs es, quizá, una de las personas más reconocidas en el mundo de las letras. Su prosa cambió por completo el panorama literario en una época en la que el conservadurismo regía la sociedad. ¿Cómo escribir sobre las drogas, la pornografía o la homosexualidad mediante personajes atípicos como extraterrestres, seres inorgánicos, demonios o simples seres humanos en esos años?
Burroughs quiso revolucionar nuestro modo de pensar y de vivir. Consideraba el lenguaje como un organismo parásito que habita en nuestras mentes. Por tanto, ¿qué hacer? Muy sencillo, destruir el lenguaje. Así lo hizo en sus obras. De esa forma, creó un universo propio, delirante y extremo que provocó más de un pequeño caos en la sociedad hasta el punto de ser censurado y juzgado por una de sus obras, El almuerzo desnudo. Maestro de la generación ‘beat’, su condición de narrador es dudosa por su particular forma de escribir. El lenguaje utilizado por Burroughs se caracteriza por la ausencia de forma. Confería a su prosa términos de invención propia, construcciones gramaticales imposibles o palabras desprovistas de significado pero cargadas de sonoridad. Así es como logró cambiar la literatura. Ofreció otra perspectiva que desconocíamos, y eso, asustó a más de uno. A través del método ‘cut-up’ (corta y pega) –que le descubría el artista Brion Gysin--, Burroughs dibuja en sus obras un mosaico de palabras y, por ende, crea una espiral de improvisación y un ritmo diabólico.
El escritor norteamericano, de mente compleja, fue un auténtico ‘outsider’ provocador.

Comentarios

Esther ha dicho que…
¿Sabes de quién es la foto?

Saludos y salud!
Eric GC ha dicho que…
Pues no sé de quién es la foto. Lo busqué y rebusqué pero nanai de la China. Eso sí, seguiré en ello. No me gusta incluir fotografías sin dueño.
Eric GC ha dicho que…
Corrijoooooo!!! Ya sé de quien es. El magnífico Richard Avedon es el culpable de este retrato maravilloso.
Ruby Fernández ha dicho que…
He de ponerme mas al día con estos escritores beatditos
Eric GC ha dicho que…
Pues solo es el principio. Pienso dedicar varias entradas a estos seres 'contraculturales'.
Esther ha dicho que…
ja ja ja ja jaaaaa Era una trampa!!! Yo sí que sabía de quién era la foto. Es su estilo único!

Besos, Eric!
Eric GC ha dicho que…
Qué mala eres Esther! Jejejeje.

Más besos

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