Intencionalismo e institución (artículo de prensa)

Álvaro Perdices ha transformado el EACC trasladando las oficinas a la sala de exposiciones

A día de hoy muchos se preguntan si el arte tiene la capacidad suficiente para crear la fuerza necesaria que provoque un cambio en la sociedad. La duda en torno a esa faceta crítica viene dada por la falta de conocimiento sobre la evolución de la estética analítica, de ese proceso por el cual las prácticas artísticas dejaron a un lado esa vertiente decorativa. El arte, a partir del siglo XX adquirió un papel preferente en el carácter de la concienciación social. Muchos lo utilizaron como un arma de protesta, otros para reflexionar sobre la condición humana y, en la actualidad, existen artistas que buscan respuestas sobre el funcionamiento de la burocracia, en aquello que denominamos ‘instituciones’. Este tipo de artistas pretenden intencionadamente hablar de los modos de actuar, de proceder. Para ello hacen uso de ese “intencionalismo” y examinan con detalle la “institución”.

ÁLVARO PERDICES
“El artista es responsable de todo lo que sucede en su obra --y no solo en el sentido de que la ha realiazdo, sino en el sentido de que ha tenido la intención de realizarla. Se trata de una terrible responsabilidad; [...] Pero es mucho más terrible cuando se presume de no apreciarlo, de rehusar entender algo tan bien concebido”, escribía el filósofo norteamericano Stanley Cavell en su ¿Tenemos que querer decir lo que decimos?. Esa responsabilidad de la que habla Cavell, esa intencionalidad, es la base de la exposición NEGADA, AbiertA y desnudA que se puede visitar ahora en el Espai d’Art Contemporani de Castelló. Álvaro Perdices, el auctor, auctôris de esta muestra, ha provocado un desconcierto seductor en el centro con el intercambio espacial que ha realizado, llevando lo privado al ámbito público. Digamos, de forma un tanto llana, que ha desnudado a la institución. Nos la sirve en bandeja de plata para que seamos partícipes de su día a día. Estamos ante una extraña sensación de ‘Gran Hermano’, una performance total en la que los propios trabajadores del EACC son protagonistas de una historia que va más allá de la provocación.
La intención de Perdices, de sumergirse en los quehaceres de una institución, es la de llenar de contenido la palabra “arte”, es decir, tener una concepción de lo artístico. El madrileño juega con el espacio, lo pone “patas arriba” para acercar al espectador un escenario que conduce a una visión crítica. El hacer visible aquello que no se ve, o ver sin permiso algo que no debiéramos, ese sentimiento ‘voyeur’ hacen de esta exposición uno de los proyectos más difíciles de comprender y más atractivos a su vez. El objetivo de “sentar a la institución en el diván desde diferentes lados y posiciones” , de psicoanalizar el funcionamiento de un centro expositivo, o cualquier otro ente burocrático, tiene aquí su máxima expresión. Las oficinas del EACC ocupan ahora la sala expositiva, y en las oficinas vemos una pequeña muestra fotográfica. El mundo al revés.

¿INTENCIÓN EN EL ARTE?
No hace mucho leí un artículo de Francisca Pérez Carreño titulado Institución-arte e intencionalidad artística. El objetivo del mismo es mostrar cómo no es coherente adoptar una definición intencionalista del arte y al mismo tiempo ser antiintecionalista respecto al significado y el valor de la obra de arte. ¿Qué significa esto? En otras ocasiones ya he mencionado la dificultad de comprensión del arte más actual. La mayoría de la sociedad no está acostumbrada a que una pieza porte consigo un significado, un mensaje. Por esa misma razón, les resulta extraño que un artista haya dotado a su obra de una intención específica. Este es uno de los problemas recurrentes en el seno de la estética analítica: el intencionalismo. ¿Debe el arte provocar al espectador un sentimiento específico creado por el autor? ¿No le quita eso importancia a la obra en sí? Lo cierto es “que no se puede ser coherentemente antiintencionalista en lo que se refiere al significado y el valor e intencionalista en la definición de lo artístico”, nos dice Pérez Carreño.
Los antiguos filósofos griegos, como Platón, mantenían que el arte, al menos el bueno, no es producto de una acción intencional. Surgía, sin más, de la imaginación. Sin embargo, esta concepción ha cambiado por completo. Los teóricos han visto cómo se ha dado vuelta a la tortilla y ahora para crear arte es necesaria una intencionalidad artística. El caso de Álvaro Perdices en Castellón es un ejemplo clarísimo. Tal y como nos confesó durante la inauguración, desarrolló el proyecto durante un año. Esto quiere decir que necesitó de un tiempo específico para pensar y repensar cada uno de los aspectos que conformarían NEGADA, AbiertA y desnudA. Perdices tuvo la intención de producir una obra, de crear un proyecto capaz de provocar una experiencia estética, con una finalidad estética. Tener claro esto significa entender muchas de las incertidumbres que planean sobre el arte contemporáneo. Debemos aprender a reconocer que las prácticas actuales no se realizan al azar en la mayoría de los casos. La investigación de la realidad, de los formatos expositivos y de los materiales a utilizar en cada pieza, conforman la columna vertebral de los proyectos que hoy en día vemos en los grandes centros del arte, en esas instituciones culturales que Álvaro Perdices ha decidido examinar con lupa.
Castellón, como siempre desde hace ya una década, sigue al frente en el ránking de las iniciativas más arriesgadas en esto del arte de la mano del Espai d’Art. Mérito tienen, y mucho, ya que la presente exposición es, probablemente, una de las más significativas que han albergado. Intencionalismo e institución, a debate.

Comentarios

Esther ha dicho que…
Amigo Eric, me ha gustado el artículo. Muchos besos.
Eric GC ha dicho que…
Esther, tú siempre tan amable y tan fiel. Me das energías. Muchos besos para ti también.

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