Una historia apocalíptica con dosis de humor (reseña literaria)

El humor corrosivo, ácido, no cuenta con un amplio número de fieles lectores. Lo cierto es que la mayoría de la gente busca en sus lecturas un mero entretenimiento, una historia fácil. Sin embargo, existen otras personas que ven en la ironía o en lo mordaz un punto jugoso, atractivo al paladar literario. Si son de este último tipo de lectores, no duden en adentrarse en Dios ha muerto, de Ron Currie. La editorial Seix Barral ha sido la encargada de publicar en España el debut de este autor norteamericano que nos cuenta la historia de una humanidad sin ser superior al que acudir en tiempos de “vacas flacas”.

¿Y dónde está Dios? En esta provocadora historia Dios se presenta en la Tierra para sufrir como humano. Para ello eligió uno de esos destinos terroríficos, Darfur, en plena guerra genocida. El joven en el que se reencarna muere y con él, también lo hace Dios. Tras la muerte de la divinidad el mundo se ve abocado al Apocalipsis. La humanidad sufre una transformación terrible y comienza una guerra entre padres y adolescentes por la supremacía del mundo. Visto así, nadie diría que esta novela tenga tintes de humor, aunque la obra de Currie es “corrosivamente” divertida. El norteamericano habla de la muerte, la ética y las debilidades humanas con un humor fino muy particular. Este libro es perturbador y profundo, pero se disfruta gracias a la divertida forma con que narra toda la historia. Como dicen muchos, tras haber leído la novela, Dios ha muerto es un auténtico cocktail de ideas, un debut audaz y que deja constancia de la capacidad que tiene la literatura para conmover.

Un cierto número de críticos ve en Ron Currie, en su forma de narrar, una semejanza con Raymond Carver --considerado por muchos como uno de los referentes del realismo sucio norteamericano--. Ciertamente, en el lenguaje, en cierto tipo de construcciones y expresiones pueden recordar al autor de ‘‘De qué hablamos cuando hablamos de amor?’. A pesar de esa ligera similitud, la narrativa de Currie es mucho más inquietante, al menos en la lectura de esta su primera obra. Habrá que ver si el debutante cosigue cautivar a la crítica con sus futuros trabajos.

En definitiva, Dios ha muerto es una lectura difícil de olvidar por su temática --dura, muy dura-- y por esa extraña forma de enfocar la vida que nos toca vivir.