Un rostro curtido en la batalla de la interpretación

Inconfundibles facciones las de Pete Postlethwaite, igual de inconfundibles como sus interpretaciones en En el nombre del padre --que debo decir me acongojó sobremanera la primera vez que la vi-- o Sospechosos habituales, entre un sinfín de películas. Muchos desconocían sus dotes como actor teatral y, según dicen, "era uno de los actores más brillantes de la escena". Incluso un tal Steven Spielgberg dijo una vez que Postlethwaite era "el mejor actor del mundo". Miembro de la Royal Shakespeare Company de teatro, condecorado con la Orden del Imperio Británico --que siempre queda bien en el currículum-- y actor de actores, este inglés del norte nos dejó en el día de ayer. Un cáncer, con el que estuvo batallando durante largo tiempo, finalmente se lo llevó. Sin embargo, y como siempre digo cuando escribo sobre alguna desparición, nos quedan sus trabajos de interpretación, que se caracterizaron siempre por dotarles de una profundidad única, incluso cuando el personaje fuera nimio en el desarrollo del filme. Profesional hasta la médula y de unos rasgos que dificilmente pueden pasar desapercibidos.