De un modo silencioso...

Un pequeño soplo, suave, contenido. Una nota leve, un ritmo pausado que va a más, aunque de forma sigilosa. La melodía crece, evoluciona y se apodera de todo cuanto le rodea. Las baquetas martillean en un perfecto compás los dorados platillos, el sonido electrónico del órgano se difumina y fusiona a la perfección con el grueso rasgueo del contrabajo, y de pronto... aparece el viento fugaz, eléctrico y armonioso de un ser llamado Miles Davis. No imagino una vida sin Miles. No después de sentir el Kind of blue. Y ahora otra vez no, después de moverme al son del In a silent way. Discazo con mayúsculas. Probablemente hubiera ocupado una de mis secciones como álbum del mes pero estoy tan enfrascado en el disco que necesitaba compartir estas sensaciones con mis ocultos, anónimos y/o inexistentes lectores. 
En 1968, el bueno de Miles comenzó a grabar canciones junto a Wayne Shorter, Chick Corea, Dave Holland y Tony Williams, aunque muy pronto se unirían al proyecto Herbie Hancock, Joe Zawinul, Jack DeJohnnette y Joe Chambers. Este trabajo supondría el inicio de la fusión de la música jazz con el rock. En sus composiciones encontramos la asimilación de ritmos y tonos de este nuevo género que conservaba todas y cada una de las esencias del jazz, aunque con aires más transgresores. Este disco sería, a la postre, el detonante para la aparición de grupos tan espectaculares como Weather Report; de hecho Zawinul y Shorter fueron los fundadores de esta formación. De nuevo, Miles Davis conseguía cambiar el rumbo de la historia del jazz como hiciera anteriormente con Birth of the cool y el ya mencionado Kind of blue. Si tenéis oportunidad de escuchar esta obra maestra, únicamente os aconsejaría cerrar los párpados y dejarse llevar por cada uno de los instrumentos que, de un modo silencioso, aparecen en el álbum. Simplemente delicioso.

Comentarios

Entradas populares