Y digo yo...

Y digo yo… tan difícil es vivir sosegado hoy día? Consumimos una cantidad de información diaria brutal, algo que, en muchos casos, nos produce un estrés irritante. ¿Es necesario? ¿se vive mejor así? Imagino que nunca obtendré respuestas de ello. Quizá me guste demasiado la vida contemplativa --cómo envidio a los antiguos pensadores griegos y romanos-- o tenga la necesidad imperiosa de no alterar el orden de los productos más de lo debido. No sé. Si tengo la certeza de estar capacitado para buscar con ahínco un rincón en el que poder evadirme del ajetreo y jolgorio social que nos rodea. Con esto no quiero dar a entender que mi propósito es el de vestirme con harapos y caminar por los montes pisándome la larguirucha barba blanca propia de un icónico ermitaño. Ni mucho menos. Siempre he creído en aquello de que el ser humano es un ser social, y como tal, debe compartir experiencias con el resto de sus semejantes. Sin embargo, todo este intercambio no debería impedir el que uno pueda airear la bandera de la tranquilidad allá por donde fuere. Aún con todo, no me hagan mucho caso. Escribo esto algo tarde y ya divago, cosa poco extraña --qué mentira más gorda!--. Sin más, les pido disculpas por esta reflexión sin “ton ni son”. A veces uno necesita balbucear tonterías como esta. Sorry. 

Para disculparme, un vídeo musical. Otra de esas pequeñas joyas de mi mundo musical. Espero la disfruten compañeros de penas y glorias. El tema, por cierto, es del sorprendente trompetista noruego Arve Henriksen. Se titula Recording angel y es de su último disco Cartography, grabado en el sello ECM (qué raro!!!)