Aquellas cosas que Flaubert hizo como nadie (reseña literaria)

En el año 2006, la provincia de Cáceres asistió a un nacimiento literario que se extendería por el resto de España. Hablamos del surgimiento de la Editorial Periférica, al frente de la cual se encuentra el escritor Julián Rodríguez. Desde su aparición, la pequeña empresa ha publicado una selección de “clásicos modernos”, muchos de ellos inéditos aún en castellano o poco difundidos en los últimos años. Así, durante este tiempo hemos comprobado como algunas “pequeñas joyas” surgían de entre las sombras para que los ávidos lectores pudieran disfrutar y disfrutar. Una de estas “pequeñas joyas” --digo lo de pequeñas porque el formato que presenta Periférica en el diseño de sus publicaciones se caracteriza por ser más menudo que el resto de editoriales españolas-- es Todo lo que quería decir sobre Gustave Flaubert, de Guy de Maupassant.
En esta “obrilla” podemos leer aquellos textos que el discípulo más aventajado del autor de Madame Bovary le dedica a su maestro. Así, tenemos ante nuestros ojos la oportunidad de examinar con detenimiento reflexiones, anotaciones, ideas, citas y juicios del gran escritor francés, de la mano de Maupassant.
A través de las anécdotas y recuerdos que el alumno supo bien escribir, nos adentramos en la personalidad de Flaubert y comprobamos de forma exquisita la novedad y trascendencia del método y la concepción que el contemporáneo de Baudelaire tenía sobre la novela. Maupassant incide en sus textos en la contrariedad de Flaubert por someter su obra a ninguna teoría literaria preconcebida, alejándose, pues, de la generación romántica y realista de Stendhal y Balzac, y de los naturalistas como Zola. Flaubert, rechazado por unos y admirado por otros, fue un gran moralista que mezcló a la perfección su mirada irónica con un pesimismo hacia la humanidad muy peculiar. En Todo lo que quería decir sobre Gustave Flaubert, Guy de Maupassant actúa “como un verdadero médium que deja en todo momento que su maestro, y también amigo, se exprese a través de él”.
El crítico J. Ernesto Ayala-Dip ofrece una perfecta definición de lo que este libro nos aporta: “La descripción de las tardes literarias de los domingos en casa del maestro, el goteo de los amigos, la efervescencia intelectual, el intercambio de erudiciones...” Así pues, aquellos amantes de las lecturas decimonónicas tienen la oportunidad de conocer otro punto de vista, mucho más personal y rico, sobre uno de los autores más representativos de este prolífico periodo literario. 

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