¿El valor del arte? / 'Avecindamientos discretos'

Una nueva entrega de 'Avecindamientos discretos', el proyecto expositivo del Espai d'Art Contemporani de Castelló.
<< El valor de las cosas. Cuestión harto complicada y debatida como pocas. El carácter subjetivo que siempre otorgamos a todas aquellas cosas que poseemos o desearíamos poseer hacen que nunca sepamos con exactitud su “precio” real. Insistimos, pues, en lo difícil que resulta saber dilucidar qué vale más y qué menos. La conferencia ‘El coste de la desconfianza’ que el profesor y director de la Cátedra ESADE de Gestión de Diseño, Jordi Montaña, ofreció en el EACC el pasado jueves, 13 de mayo, nos ha servido para comprender un poco más, si cabe, esta problemática que gira en torno a nuestro mundo cotidiano.
Montaña interactuó con los asistentes a este evento, que completa la propuesta de Antonio Ortega para la exposición de ‘Avecindamientos discretos’, comenzando a plantear cómo la gente da valor a las cosas, a los objetos. El primer apartado curioso de esto radica en la forma que cada uno de nosotros tenemos para dar ese “valor”. Siempre es distinta, pues cada uno posee opiniones y valores infundados completamente diferentes. Quizá por ese motivo, la relación entre los beneficios que genera un objeto y el coste real o esfuerzo con el que se ha creado, resulte también otro de los aspectos más interesantes y complicados de saber definir a día de hoy. Una de las conclusiones a las que llegó Montaña fue -como no podía ser de otro modo-, que estos planteamientos son “difíciles de evaluar”. Es ahí cuando nos adentramos en una desconfianza, que surge por la incomprensión, a priori, de cómo evaluar los objetos.
Montaña trasladó esta problemática del día a día al mundo del arte preguntándose: ¿cuál es el valor del arte? ¿qué y cuánto vale una obra de arte? En la charla se hizo eco de que la primera percepción que las personas tenemos sobre una pieza de arte es vital, ya que otorgamos un valor en función del placer estético que nos produce una obra. Sin embargo, ¿cómo evoluciona el proceso del placer estético? Montaña habló en el EACC de cómo el gusto inicial que proviene de un estado afectivo con la obra, deriva, a causa de la mediatización del arte, a un estado cognitivo que nos hace cambiar de opinión fácilmente. “La gente se deja llevar” y perdemos nuestra individualidad. Abandonamos nuestro criterio en cuanto factores externos, como puedan ser los medios de comunicación y los críticos, nos hablan sobre el qué, cómo, cuándo, dónde y porqué de todo. Así pues, la cuestión sobre qué valor que tiene el arte siempre estará sometida a la desconfianza.>> 
Antonio Ortega y Jordi Montaña (sentado) durante la charla que tuvo lugar en el EACC

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