'Manifeste' / 'Avecindamientos discretos'

Manifieste es un trabajo en curso de Bernard Bazile. Desde hace más de una decena de años este artista filma manifestaciones y va creando un archivo que tiene la vocación de convertirse, en un futuro próximo, en una película / instalación.
Para su proyecto en el EACC, Bernard Bazile ha utilizado algunos fragmentos de las “rectas finales” de estas manifestaciones. Los ha usado de manera muy “sucia”, centrándose en imágenes y momentos donde los cantos y la música, promueven ambientes de alianza. La protesta se convierte también en una fiesta, en el placer de estar juntos o en la ocasión de discutir y dejarse transportar por la energía de la muchedumbre.
Para Bazile, mostrar algunos extractos de este trabajo supone una manera de adherirse de forma experimental al proyecto ‘Avecindamientos discretos’. Proyectarlos además en una de las escaleras del Espai --lugar de paso-- evidencia por su parte un deseo de participar de forma voluntaria en una desviación de ciertas “normas” de la exposición. De la perturbación del orden de la calle a la de las costumbres del arte, las intervenciones de Bernard Bazile vienen siempre a interrogar y desarreglar la tranquilidad “doméstica” de nuestra visión de la realidad.
Las preocupaciones y las búsquedas del artista francés se inscriben en relación directa con el día a día y la realidad. Así, esta pieza audiovisual supone una serie de cuestiones que interrogan nuestra percepción del mundo contemporáneo y de los fenómenos que agitan nuestra sociedad.

Esencialmente visual, pensado como una prolongación de la experiencia de la exposición ‘Avecindamientos discretos’, Manifeste reúne imágenes controvertidas que crean un retrato de aquella visión de la sociedad que no estamos tan acostumbrados a ver. A modo de reflexión, y pese a que muchos promulgan que el arte se ha distanciado de la sociedad y sus preocupaciones, observamos cómo el proyecto de Bazile --además de la transformación del Espai d’art contemporani de Castelló para albergar este proyecto expositivo colectivo-- recupera esas sensaciones. Digamos, en un tono un tanto coloquial, que se acerca a cierta clase de activismo social y de denuncia. Podemos pensar, aunque no con total certeza, que el objetivo del francés sea hacer ver a la sociedad castellonense que no puede dormirse, que debe permanecer atenta a todo aquello cuanto le rodea para poder crear un espíritu crítico vital para la evolución del ser humano.
Sin duda alguna, a través de la protesta o discusión constructiva que capta con su cámara Bernard Bazile, nos encontramos ante una faceta del arte de mayor relevancia, ya que se aleja de lo puramente estético para hacernos partícipes de una realidad que no nos creemos --o no queremos creerlo-- que exista. El mundo, tal y como lo conocemos, es un lugar, un espacio, en el que realidad y ficción están en contínuo y profundo debate. Bazile interacciona con ambos en Manifeste, y lo ofrece a modo de reproducción en el EACC para que los castellonenses sean conscientes de que nada es lo que parece.

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