Cuando un "viejo verde" literato se quitó su máscara (reseña literaria)

Nunca he podido saber qué me indujo a leer por primera vez algo de Charles Bukowski. Recuerdo, eso sí, que esa experiencia (que poco tenía de mística) la tuve en Barcelona. Siempre que voy a la ciudad Condal realizo prácticamente la misma rutina: deambulo por el Barri Gótic y el Raval, visito el mercadillo de la Plaça del Pi, recorro el estrechísimo y encantador Carrer Petritxol y visito alguna que otra librería de esas que te invitan a perderte entre sus estanterías durante un tiempo considerable. Fue allí, en uno de esos rincones bucólicos, donde me topé con un título que me provocó cierta sonrisa. La obra en cuestión era El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, del amigo Bukowski, un personaje de aquellos que oyes mencionar mucho pero que, debido a su “dudosa fama”, nunca te atreviste a leer. Pues bien, yo me armé de valor y me enganché por completo con las ocurrencias de este “vividor” literario. Recuerdo también, que para acompañar esa lectura elegí a uno de los músicos de jazz más desgarradores que ha habido y que habrá --al menos para un servidor-- como fue Art Pepper. Ambos creadores poseen ciertas similitudes, a mi modesto parecer, ya que los dos te adentran en la parte más sombría de la ciudad de Los Ángeles, una tierra de lujo, corrupción y vicio. Desde ese momento, siempre que leo a Bukowski tengo la necesidad de hacerlo en compañía del sonido rompedor de Pepper. La última vez que esta conexión volvió a surgir fue no hace mucho con la lectura de Noches de escupir cerveza y maldiciones, que publicó la casi desconocida editorial La Poesía, señor hidalgo. Esta obra recoge la correspondencia que mantuvo durante siete intensos años Charles Bukowski con Sheri Martinelli. Muchos se preguntarán, ¿quién fue Sheri Martinelli? Pues bien, fue una artista plástica, escritora, crítica literaria, modelo de portadas para Vogue y editora. Pero la cosa no acaba ahí. Martinelli fue en su época lo que denominaríamos un “icono sexual” de los intelectuales y artistas. Conoció a Jackson Pollock, fue compañera de Joan Miró, amiga de Kerouac, Charlie Parker, Marlon Brando... y lo que le dio más fama: musa, amante y discípula del poeta Ezra Pound. Así, este libro es un compendio de desenfrenados y sinceros textos de dos seres humanos preocupados por el mundo literario. Probablemente esta relación a distancia haya sido la única en la que Bukowski mostrara su cara más sincera. Ese viejo verde de la literatura norteamericana se desnudó por completo ante el poder hipnótico de una mujer fuerte. Conocer esa otra faceta “más humana” de Charles Bukowski es toda una sorpresa, ya que demuestra diálogos formales y sensacionales sobre arte y literatura. Y es que, amigos lectores, Buk es mucho Buk. 

Comentarios

Entradas populares