"Álbum del mes: SOULMATES" OCTUBRE'10

Octubre, el mes que da la bienvenida al otoño, el mes de la buena gastronomía micológica, el mes en el que me estoy dejando llevar por el sonido de uno de los big three del saxofón tenor en su estilo swing, Ben Webster. Junto a Coleman Hawkins y Lester Young, Webster compone uno de los grupos más prestigiosos de la historia del jazz.  "El rana", que así es como le apodaban, lo tuvo fácil en el mundo del jazz. Me explico. Nacer en Kansas City, cuna jazzística norteamericana y donde surgió el magnifique Charlie Parker, es toda una ventaja.
Reconozco que tardé en escuchar a este inmenso autor. No sé muy bien porqué. Sin embargo, gracias a estos aires otoñales o quizá su rostro con la eterna sonrisa y ojos saltones o simplemente porque este día debía llegar, me he abandonado en sus brazos. Cuatro han sido los discos que he escuchado con detenimiento. Curiosamente, todos ellos acompañado por algún maestro del piano. Así, he disfrutado con el Art Tatum & Ben Webster Quartet, el Ben Webster meets Oscar Peterson, el Ben Webster & Tete Montoliu. 'Gentle Ben' y, por último, el que me ha parecido una verdadera joya: Soulmates, junto al enorme Joe Zawinul. Probablemente, el hecho de que haya sido desde pequeño un fanático de Weather Report, o de que en mi época de iniciación jazzística la figura de Cannonball Adderley fuera clave, tengan la culpa de mi inclinación por el austríaco y, por ende, haya elegido este álbum de 1963 entre el resto de Ben Webster que he escuchado este mes.
¿Y qué más tiene Soulmates para ser el disco de este mes de octubre? A primera vista, el hecho de ver a un representante de la old guard (vieja guardia) junto a uno de los renovadores más afamados del jazz, resulta chocante. ¿Ben Webster y Joe Zawinul, juntos? Imposible! Pero no, no. Fue posible y, madre mía, qué maravilla. Tradición versus Modernidad. Clásico versus Fusión. Una aventura que valía la pena protagonizar. Sin duda, este álbum es el mejor trabajo de los últimos años de Webster. La música es fresca e inspirada, imaginativa y juguetona. Lo bueno del disco, además, son las propias composiciones de Zawinul y Webster. Y si para más inri le sumamos la trompeta en algunos temas de Thad Jones, todo cobra mayor sentido. En este disco se nota que los músicos se divierten, disfrutan, se desnudan ante nosotros. ¡Una pasada mi brigada!

Os dejo con la canción Come Sunday, compuesta por Duke Ellington y que se encuentra en este trabajo. Sin palabras.

Comentarios

Claire ha dicho que…
Perfección absoluta!

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