Los derroteros de las exposiciones (artículo de prensa)

'Tributo al vacío', exposición que tuvo lugar en el Centre Pompidou de París

Las posibilidades actuales de una exposición. Un tema conflictivo, como todo lo concerniente al arte, y más el actual. La transformación que a lo largo del siglo XX y XXI está llevando a cabo el formato o método expositivo, es decir, del cómo el espectador verá la obra de un artista en un espacio público o privado, está siendo sorprendente. De todos es sabido el gran número de cambios que asolan a lo artístico. El propio concepto de qué es y qué no es arte deambula por ahí como un leproso, cayéndose a trozos cada vez que entra en debate --y eso suele ocurrir a menudo, con lo que, poco a poco, el mismo arte disminuye cada vez más su importancia dentro de la cultura--. Esos eternos cuestionamientos han provocado su debilitamiento y, por ende, el debilitamiento de todo lo que le relaciona: artistas, centros expositivos, críticos o especialistas... 
Sabíamos desde hace tiempo, desde esa época en la que se promulgaba a los cuatro vientos aquello de la Postmodernidad, que "nadie se cree nada". Llevamos largo tiempo inmersos en una crisis de la razón, en una crisis de las respuestas únicas. Atrás dejamos el uniperspectivismo, la categorización, la objetivación, lo universal, la historia... Estamos luchando contra el discurso ilustrado y su legitimidad, y por eso creímos que la mejor opción para completar nuestra misión era la "deconstrucción". Este hecho, que a simple vista no nos dice nada, en realidad nos dice mucho, ya que vivir hoy, seas un artista o escritor contemporáneo o un simple contable, significa vivir una vida de paradoja y contradicción. Como diría el filósofo británico Marshall Berman: "ser moderno es estar agobiado por las inmensas organizaciones burocráticas que tienen el poder de controlar y, a menudo, destruir todas las comunicaciones, valores, vidas..." --Franz Kafka lo reflejaría a la perfección en su Metamorfosis--. 
Esa crisis de la razón de la que huimos, es la crisis de la certeza, del narrador, de la historia, de la realidad ordenada. Quizá, por eso, estemos en una constante confusión, miedo, falta de sentido, pasividad... Y seguimos buscando respuestas. Algunas, las que corresponden a ese debate que mencionábamos al principio, el de las posibilidades de una exposición hoy, podremos descubrirlas ---o redescubrirlas--, desentrañarlas y debatirlas un poco más este próximo sábado, 23 de octubre, en el Espai d'Art Contemporani de Castelló. Bajo el título Las posibilidades de la exposición se desarrollará un simposio más que atractivo e interesante, en el que se darán cita alguna de las voces más experimentadas en este tipo de batallas conceptuales. Peio Aguirre, Paul O'Neill, Guillaume Désanges, Anselm Franke, Melik Ohanian y Martí Ansón, bajo la organización de Neus Miró, serán los encargados de "explorar la capacidad de crecimiento y transformación que las exposiciones están experimentando desde las posiciones que sostienen críticos, comisarios y artistas", según reza el ideario de esta jornada. 
Existen muestras, y esto ya ha dejado de ser extraño, que carecen por completo de obra, es decir, no muestran nada, solo el vacío --como la propuesta que llevaron a cabo en el Centre Pompidou de París--. Como algunos pensarán, esto es algo que necesita de una explicación racional, al menos, para no caer en el tópico de llamar "basura" a algo que no logramos entender en un primer momento. Las ideas priman, no lo podemos negar. Sin embargo, y esto sí quisiera dejarlo claro, el hecho de que prevalezca el concepto de una obra antes que la propia obra en sí, no significa que se menosprecie el modelo clásico de arte (algo que creo sí sucede a la inversa). Pero bueno, eso sería entrar en otro tipo de disputas. Así pues, tomando como premisa que una exposición es como un medio en perpetua evolución, este simposio quiere ser una ocasión para el debate y la reflexión en torno a los nuevos formatos expositivos --algunos de los cuales ya hemos disfrutado en Castellón, como es el caso de 'Avecindamientos discretos', un proyecto del EACC en el que colaboramos estrechamente y que creo enriqueció a ambos bandos--, a menudo revisiones de modelos pasados, obsoletos u olvidados, donde la práctica expositiva se extiende más allá de sus habituales límites teóricos, físicos y temporales. En este sentido, lo único que me quedaría por decir es: "pasen y vean". Si somos, y está claro que lo somos, seres del siglo XXI, este tipo de controversias y debates no debe dejarnos indiferentes. ¿No creen?

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