"Álbum del mes: FREEDOM IN THE GROOVE" NOVIEMBRE'10

Hubo una época de esplendor en el jazz, en donde los genios musicales se contaban por decenas y decenas, donde la magia se sucedía en cada club y escenario del mundo. Los años dorados del jazz, esos maravillosos 50 en los que surgieron Miles Davis, Chet Baker, John Coltrane, Charles Mingus, Cannonball Adderley, Paul Chambers, Jimmy Cobb, Sonny Stitt, Sonny Rollins, Stan Getz, Kenny Drew, Sonny Clark, Art Farmer, McCoy Tyner, Hank Mobley, Joe Henderson, Jackie McLean, Kenny Dorham, Blue Mitchell, Lee Morgan, Johnny Griffin, Ray Brown, Wynton Kelly, Donald Byrd, Ron Carter, Bill Evans, Bobby Timmons, Art Blakey, Art Pepper, Elvin Jones, 'Philly' Joe Jones, Jimmy Heath, Wayne Shorter, Herbie Hancock, Joe Zawinul, Dave Brubeck, Paul Desmond, Gerry Mulligan, Zoot Sims, Hampton Hawes, Harold Land, Sonny Criss, Carmell Jones, Booker Ervin, Red Garland, Oliver Nelson... La lista, amigos míos, sería interminable. Nunca hubo tanta calidad y creatividad junta en una misma época. Después de esta espectacular década vino la fusión, el funk, el acid y el smooth jazz, entre otras modalidades. Hubo grandísimos discos, algunos de ellos auténticas obras maestras, pero no como los que surgieron en los 50. Los años 70 y 80 fueron, y esto es una opinión personal, un periodo de altibajos en los que el jazz intentaba encontrar una voz nueva. No lo consiguieron, al menos no en su totalidad. Aquellos que ya temían por el desinterés de este estilo de vida vieron, sin embargo, cómo un grupo de nuevos talentos devolvió al jazz la fuerza que se merecía a principios de los años 90. Menos mal. Así, en la última década del siglo XX, las mentes inquietas de Joshua Redman, Brad Mehldau, Mark Turner, Brian Blade, Christian McBride, Eric Harland, Larry Grenadier, Jeff Ballard, Jorge Rossy, Till Brönner, Javon Jackson, Roy Hargrove, Wynton Marsalis, Peter Bernstein, Kurt Rosenwinkel, Reuben Rogers, Sam Yahel, John Patitucci, Gregory Hutchison o Nicholas Payton, entre otros, conformaron ese renacimiento tan deseado por todos. 
En el caso que nos ocupa, esto es Joshua Redman, decir que es, sin duda, uno de los autores que más admiro. Es inconmesurable su creatividad, su fuerza y su sonido. Un ejemplo claro lo encontramos en este Freedom in the groove, del que estoy enamorado desde el primer momento que mis oídos pudieron escucharlo. Todas las canciones del álbum son obra de Redman, algo que agradezco ya que demuestra su gran capacidad para crear nuevos ritmos, nuevas historias que contar. Destaco, por encima de todas, el One shining soul, la segunda pieza de este trabajo que publicó en 1996 con la Warner Bros. Records. Recuerdo a la perfección un viaje que realicé a Bolonia. No paré de escuchar este disco, una y otra y otra vez. Me ensimismó. Sin duda, Joshua Redman es un digno sucesor de esa generación de oro que dieron al jazz su condición de "una forma de vivir, una forma de sentir". En definitiva, este es un gran álbum del mes, que merece ser la pena escuchado y saboreado hasta la más mínima gota. Música libre y moderna en absoluto reñida con la más pura tradición jazzística de sus antecesores. Una joya.

P. D.: Había subido un vídeo con la canción que mencionaba pero los de youtube me la han censurado por motivos de copyright. Lo siento.

Comentarios

Esther ha dicho que…
Escucho el disco en estos momentos a través del Spotify. Gracias por la recomendación, es un muy buen disco.

De momento, me quedo con la década de los 50, sin duda es mi preferida en el árbol genealógico del jazz. Actualmente se está haciendo muy buena música, me interesa el camino del free jazz, jazz contemporáneo. Riesgo, aventura.

Escuchar a Thelonious Monk, a Duke Ellington es reconfortante... hay tantísimos buenos músicos, luego están los reyes, duques, príncipes del jazz...

El jazz es inmenso.

Besitos.
Eric GC ha dicho que…
Yo soy 100% años 50 y primeros años de los 60. La producción jazzística en esa época fue algo increíble. Sin embargo, esa hornada de los 90 gozan de ese brillo especial de los grandes. El jazz, si es bueno, te da alas.

Un abrazo inmenso Esther.

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