Contradicciones humanas (retazos de un artículo de prensa)


"Resulta muy improbable que nosotros, que podemos saber, determinar, definir las esencias naturales de todas las cosas que nos rodean, seamos capaces de hacer lo mismo con nosotros mismos, ya que eso supondría saltar de nuestra propia sombra”. Así se refería Hannah Arendt, una de las pensadoras más importantes del siglo XX, a la extrañeza de la condición humana. El ser humano es contradictorio hasta límites insospechados. Eso provoca una incertidumbre constante que nos rodea y, por consiguiente, hace que nos preguntemos quiénes y cómo somos realmente. La maraña de pensamientos y situaciones que podemos vivir a lo largo de nuestra existencia crean infinitas cuestiones sin resolver. Todo y nada es lo que parece. Quizá por esa razón, por no saber o no ver, hayamos necesitado de las artes y las letras. Solo así conseguimos reflexionar sobre algunos de los porqués que tanto nos desvelan.
En este sentido, el teatro es, probablemente, uno de los mecanismos que ayudan más a la emancipación del espíritu. En una ocasión ya me serví de las palabras del genial dramaturgo norteamericano Arthur Miller, pero creo que merece la pena volver a recordar una de sus grandes reflexiones: “el teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”. Y así es. La importancia del teatro radica, al igual que en el resto de las artes (aunque probablemente no con tanta fuerza en estas), en la expresión y comuncación de ideas y sentimientos, de tal forma que pueda crear una catarsis entre el espectador y el actor. Es una comunión entre el mudo real y el mundo literario, una investigación de nuestro “YO”.
Mediante el teatro podemos adentrarnos en mundos repletos de fantasía y realidad. Además, pase el tiempo que pase, siempre será una manifestación artística, un medio de comunicación directo, sin intermediarios. El teatro nos sirve para poder ver esas contradicciones humanas.

Comentarios

Ruby Fernández ha dicho que…
Creo que la raza humana no es capaz de llegar a definirlo todo,por lo tanto, nunca podremos hacerlo con nosotros mismos. El qué y el cómo,como bien dices ,son constantes en todo aquel que posea la llamada condición humana, el que carezca de estas preguntas es necesario que haga un estudio interno ya que algo no tiene que funcionarle bien.
Podemos llegar a obtener respuestas a estas preguntas, pero también nos podemos encontrar, con "golpes de mala suerte" los cuales vapulearan estas respuestas dejándonos de nuevo con el "culo al aire" haciéndonos empezar otra vez de cero.
La vida es mas compleja de lo que parece.

En cuanto al papel del teatro, estoy contigo. Llevo sobre las tablas 20 añosm he de afirmar que mediante esta e arma de influencia/vivencia masiva,he logrado ver mas allá d emi cuerpo, he logrado verme en otros cuerpos,en otras vidas, las cuales me enseñaron facetas de un "YO" que no conocía.

Cada vez que se encienden para mí las luces, retomo la fuerza y el entusiasmo primitivo,cada vez tengo mas ganas de vivir mi vida dentro de vidas ajenas. El teatro es otro de mis centros y bien puedo hablar de el pisando firme...

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