Los espíritus y demonios de Kafka

Ilustración del libro 'Kafka', de Robert Crumb (dibujante) y David Zane Mairowitz (guionista)

En el año 2008 se cumplieron 125 años del nacimiento del escritor Franz Kafka, hecho por el cual la Casa de la Literatura de Munich, en Alemania, le dedicó una exposición. La muestra hizo un recorrido por su vida a través de fotografías, dibujos, manuscritos e historias acerca de su familia, las mujeres que conoció y su ciudad, entre otros aspectos. ¿Y qué podemos decir nosotros al respecto? Si en algo coinciden los eruditos es que se trató de un escritor que superó su época, y que la fuerza de su obra ha atravesado todas las fronteras de este mundo en el que vivimos. Algunas personas han llegado a creer que en la persona de Kafka existía un visionario único, debido a que en pleno siglo XXI nadie ha logrado narrar mejor la sensación que las personas experimentamos hoy día ante diversas situaciones que logran superarnos.
Kafka nació en Praga en el seno de una familia de comerciantes de la minoría judía de lengua alemana. Tuvo tres hermanos, con quienes vivió la mayor parte de su vida. Estuvo comprometido dos veces pero nunca se casó. A los 23 años de edad, Kafka obtuvo el título de doctor en Derecho y comenzó a trabajar como empleado en varias compañías de seguros, actividad que alternó con la lectura de quienes fueron sus más grandes influencias literarias: Ibsen, Spinoza, Nietzsche, Kierkegaard, Flaubert, Hebbel y Stifter. Con estos maestros no era de extrañar que los temas centrales de su obra fueran la soledad, la frustración y la angustiosa sensación de culpabilidad que experimenta el individuo al verse amenazado por fuerzas desconocidas que no alcanza a comprender y que se hallan fuera de su control.
Kafka fue un escritor atípico en muchos aspectos. Por ejemplo, nunca prestó mayor atención a la publicación de sus obras, porque para él lo importante era escribir, simple y llanamente. A su amigo Max Brod debemos que se salvara y publicara la obra del escritor checo, a pesar de que este antes de morir le pidiera la total destrucción de todos los diarios, cuentos y novelas que había escrito a lo largo de su vida. Su temprana muerte lo libró de permanecer en campos de exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45), como le ocurrió a sus hermanas Gabrielle y Valerie.

MITO DE LA MODERNIDAD
En cuanto a técnica literaria, los estudiosos de su obra señalan que su escritura participa, entre otras muchas, de las características del expresionismo y el surrealismo. El estilo lúcido e irónico de Kafka, que mezcla  naturalidad, fantasía y realidad, otorga al conjunto de su obra un aire claustrofóbico y fantasmal, como sucede en una de sus más célebres obras, La metamorfosis (1915). El prestigioso crítico literario Harold Bloom escribió sobre Kafka (1995): “Desde una perspectiva puramente literaria, esta es la época de Kafka, más incluso que la de Freud. Freud, siguiendo furtivamente a Shakespeare, nos ofreció el mapa de nuestra mente; Kafka nos insinuó que no esperáramos utilizarlo para salvarnos, ni siquiera de nosotros mismos”. A García Márquez, tal y como él mismo afirmó, la lectura de La Metamorfosis le mostró que “era posible escribir de una manera diferente”. Así se muestra Kafka. Además de ser una de las figuras sobresalientes de la literatura universal, el adjetivo kafkiano es un emblema de la sociedad moderna con su organización inútil, su burocracia, sus procedimientos totalitarios, sus laberintos y puertas.
Alguien dijo una vez que Franz Kafka escribía para espantar los demonios, los espíritus y las asfixiantes pesadillas que le asediaban aun cuando estaba despierto. ¿Genialidad o simple locura? Nunca lo sabremos con exactitud. Por otra parte, sí tenemos claro que su obra perdurará siempre en los anales de la historia.

Comentarios

Esther ha dicho que…
De Kafka he leído El Proceso, La Metamorfosis, La Condena, tres grandísimos libros y no fáciles de olvidar al contrario se quedan grabados profundamente en la memoria. De hecho quiero volver a leerlos.

Te copio una frase escrita por Kafka:

• Creer significa liberar en sí mismo lo indestructible o mejor: liberarse o mejor aún: ser indestructible o mejor aún: ser.

Muchos besos, Eric.
Eric GC ha dicho que…
Gran frase la de Kafka, Esther. Tengo la suerte de que me regalaran las obras completas de Kafka las navidades pasadas. Una mente curiosa.

Antonio, gracias por pasarte por este rincón. No sé si soy un tio muy listo. Lo único que sé es que tengo inquietudes. Solo eso.

Un abrazo

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