Desasosiego nostálgico

'Resiliencias/Cajas de Memoria' es una exposición de Rossana Zaera

Me resulta difícil hablar de Rossana Zaera y su arte por un motivo que algunos pueda parecerles una soberana tontería: el respeto. La obra de la castellonense creo que es una de las más significativas y profundas que existen entre nuestros artistas. Zaera habla a través de sus piezas de la muerte, del dolor, la angustia, la candidez... Toda clase de imágenes que, en principio, pueden parecernos virulentas. Sin embargo, Rossana ofrece algo que, a la postre, resulta más que interesante: la capacidad de preguntarse sobre lo absurda que resulta, a veces, la vida. Además, y para que el espectador no se asuste, todas esas camas de hospital, esas cajas oxidadas que esconden secretos, esos dibujos surrealistas, las crea no para producir rechazo, si no para que seamos nosotros los que, bajo esa línea desazonadora, reaccionemos de un modo u otro ante las posibles situaciones o experiencias de dolor que nos encontremos a nuestro periplo vital. Las emociones, los recuerdos, las pérdidas o la culpa que retrata son una llamada de atención para hacer ver que esos fantasmas son solo eso, fantasmas que desaparecen si logramos vencer ese desasosiego nostálgico que muchas veces inunda nuestros corazones. Los dos apartados que conforman la exposición Resiliencias/Cajas de Memoria --que se puede ver en la galería Octubre de la Universitat Jaume I de Castelló-- nos permite ver la evolución que la artista ha realizado de proyectos anteriores como Vivir, Anatomías, Heridas, cicatrices y otras condecoraciones, Habitaciones sin número o Rostros, todas ellas de profunda carga emocional. En esta muestra observamos, pues, a una Zaera más completa, más enriquecida. A través de estas obras la artista muestra su concepción del mundo, su cosmovisión. Y de esa visión periférica nos damos cuenta de que somos seres, como bien dice Ángel Cagigas, "dotados de una fuerza interna mucho más poderosa de lo que creemos, una fuerza que nos permite sobreponernos a los cambios, a las crisis, y, en buena parte de las ocasiones, salir de estas pruebas fortalecidos". Así, pese a ese aura taciturna de algunas de sus obras, Zaera pretende mostrarnos la capacidad que tenemos para alcanzar una mayor profundidad en nuestra personalidad, para superarnos. A través de la oscuridad Zaera siempre nos conduce a una luz brillante. Es su magia personal, es su arte. 


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