La literatura alcohólica ya tiene digno sucesor (reseña literaria)

Resultará un poco fetichista esto que diré, pero ansiaba leer la primera novela del que dicen es un claro heredero de la esencia “bukowskiana”. Hablo de Patrick deWitt y su obra novel Abluciones, que publicó la, porqué no decirlo, genial editorial barcelonesa Libros del Silencio. Leí muchos comentarios previos sobre este libro: “resuena por los cuatro costados la esencia de Charles Bukowski”; “hilarante infierno de adicción y tedio”; “la lectura de esta novela lo dejará convertido en un alcohólico irredento”; etc. Lo cierto es que todo ese compendio de surrealistas situaciones que se suceden a lo largo de la lectura de esta novela --entre bares, viajes en carretera con un remolque, orgías dispares y penurias vitales-- me han provocado carcajadas. Sin embargo, resulta curioso que me ría del relato de un hombre perdido que ve pasar su pobre vida ante sus ojos detrás de la barra de un bar en Los Ángeles. Nuestro héroe, un camarero con aspiraciones a escritor --para aquellos que no lo sepan, el protagonista tiene muchas similitudes con el autor, por no decir que es, directamente, él mismo--, narra los retazos de su extraña vida, inmersa entre botellas de “whisky” y escarceos amorosos poco románticos en la trastienda del bar.
DeWitt, debo confesarlo, te atrapa con su singular forma de plantear la obra. Como reza el propio subtítulo del libro, Abluciones son anotaciones para una novela. La obra se estructura en fragmentos que cuentan cómo un hombre se despoja de toda humanidad a causa de las drogas y el alcohol. Esta es, sin duda, una novela que engancha por su brutal honestidad y extravagancia, por sus divertidos retratos de los personajes que deambulan por un mísero y lóbrego bar, por la poeticidad con la que intenta redimirse el protagonista y por las frases perfectas. El debut del escritor canadiense no podía ser mejor al mezclar de una forma poco ortodoxa los secretos y mentiras de la condición humana, aquella que tiende a las adicciones para huir de la realidad y no enfrentarse a nuestros miedos. Para un servidor, seguidor incondicional de Bukowski --aún me pregunto porqué--, el encuentro con Patrick deWitt significa volver a disfrutar de una literatura cruda, resacosa y poco “glamurosa”. El humor negro que caracteriza todo este extraño relato hacen que ya sea uno de los clásicos de la literatura alcohólica.

Comentarios

Ruby Fernández ha dicho que…
No me das tregua!!! tengo que ponerme las pilas si quiero ir a la par vuestra!!!, pero quiero ese libro YA!!!

Vila Matas... tus días terminan tengo que termianrte ya!

Un abrazo!!!

love Buk

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